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Junqueras y Puigdemont: palos de ciego sobre la lista conjunta

El preso en Estremera y el fugado en Bruselas se disputan el liderazgo separatista en las elecciones "ilegítimas".

El preso en Estremera y el fugado en Bruselas se disputan el liderazgo separatista en las elecciones "ilegítimas".
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, cada uno por su lado en el Parlamento catalán | EFE

El abogado de Oriol Junqueras, Andreu Van den Eynde, pide que su defendido sea excarcelado para participar en las elecciones autonómicas catalanas del 21 de diciembre. Sostiene ante la Audiencia Nacional que es imperativo un "juicio de proporcionalidad", que Junqueras sufre un "daño reputacional", que no puede competir en igualdad de condiciones con el resto de los candidatos. Está privado de libertad, a diferencia de Carles Puigdemont, que campa por Bruselas en libertad condicional hasta el 17 de noviembre de momento, cuando tendrá que comparecer en un vista sobre su extradición que en ningún caso será definitiva.

Desde la cárcel de Estremera, Junqueras se ha mostrado contrario a la candidatura única. Desde Bruselas, Puigdemont ha aceptado ser el candidato convergente, ya sea para liderar una lista independiente del PDeCAT abocada al fracaso electoral o, mejor, para encabezar una candidatura "soberanista" conjunta con ERC y las plataformas "cívicas".

Este martes se cierra el plazo para la inscripción de formaciones en los comicios "ilegítimos" del 21-D. El PDeCAT y Puigdemont ofertan una lista única, una candidatura de "país", un frente "soberanista" por la libertad de los presos "políticos" y la república. En ERC contraofertan con una coalición con la CUP y los restos de la versión catalana de Podemos. El "frente popular" en el podían confluir republicanos y convergentes ha sido cegado por la negativa de los "comunes" de Ada Colau. Si el PDeCAT aspira a camuflar su deterioro electoral en una lista conjunta, la exigencia de ERC es que se disuelva.

Las encuestas reinciden en augurar el triunfo de las siglas de Junqueras y relegar al PDeCAT al penúltimo lugar, por delante de la CUP, eso sí. El Govern de Puigdemont y Junqueras lo tiene todo controlado y sigue un plan preestablecido, pero sus partidos son incapaces de pactar una lista conjunta que solidifique las expectativas triunfales del separatismo en las próximas elecciones.

Entre barrotes, el exvicepresidente catalán exige su excarcelación. En Bruselas, Puigdemont afirma mantener viva la llama de un gobierno en el exilio. El reparto de papeles de la república de la Generalidad en el limbo choca con la realidad. Los independentistas de "buena fe" claman por una candidatura unitaria, pero los demiurgos del preso y el fugado no se ponen de acuerdo y todo conspira en favor de la dispersión electoral del separatismo. Los liberales de Convergencia no pueden tragar con la CUP y los anticapitalistas escindidos de "Podem" y en ERC no quieren arrastrar el lastre de la corrupción del PDeCAT.

Artículo en 'The Guardian'

El relato de Puigdemont desde Bruselas incide en la injusticia española; el de Junqueras desde Estremera descalifica al candidato de Artur Mas. El "frente popular" ha sido desactivado por Ada Colau y Junqueras no está dispuesto a aceptar, salvo la típica sorpresa catalana, una candidatura coprotagonizada con Puigdemont. Ambos están en campaña. Junqueras arremete contra el PSC en la prensa digital separatista, el expresidente de la Generalidad contraataca con un artículo en The Guardian sobre el alcance las próximas elecciones. "Esto no va de la independencia de Cataluña, sino de democracia", alega.

Mientras debaten el abogado de Junqueras y los consejeros de Esquerra y los letrados de Puigdemont y los pares convergentes, encabezados los equipos de juristas por Paul Bekaert y Jaume Alonso-Cuevillas, las plataformas separatistas se dedican a las protestas. Colocan obstáculos en las vías férreas y cortan carreteras mientras preparan la huelga del miércoles y la manifestación del sábado.

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