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Guerra abierta entre la Junta de Andalucía y Spiriman con la Sanidad al fondo

Mientras es acusado de insultos y descalificaciones, el Colegio de Médicos rechaza expedientarlo por ahora.

En muy poco tiempo, y sin apoyo alguno de las instituciones y partidos, el médico granadino Jesús Candel, Spiriman, se ha convertido en un personaje público de relieve con la lucha por una sanidad digna y despolitizada en Andalucía por bandera.

Pero la reacción de la Junta, como en otros casos donde tuvo disidentes notables –en el caso del fraude de la formación o en el caso del cártel del fuego, junto con sus muchos y distintos aliados–, está siendo implacable en mover todas las piezas para acabar con su imagen pública. Eso, al menos, es lo que denuncia Spiriman que ve en estos movimientos la tela de araña de la Junta.

Por ahora, Spiriman resiste, ayudado por miles de personas que salen a la calle cada vez que son convocados y por muchos amigos de entre los funcionarios que han denunciado una y otra vez a la Junta desde diversas plataformas digitales. Sin embargo, el aumento del número de denuncias contra él, además de ataques personales y familiares –en su casa apareció una diana con sus hijos en el centro–, han convertido el asunto en una guerra abierta total.

El motivo de fondo del enfrentamiento es la oposición de Candel y su Asociación "Justicia por la Sanidad" a la nueva ley sanitaria de la Junta conocida como Ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Andaluz de Salud. En su oposición a dicha Ley, la plataforma cívica presidida por Jesús Candel explica que está en desacuerdo con una ley que conduce a fusiones hospitalarias, a la privatización de servicios sanitarios, al enchufe y a la corrupción en una sanidad politizada de arriba abajo.

Igualmente, se oponen a las Unidades de Gestión Clínica, a la subasta de medicamentos en Andalucía, al acceso a la dirección por la vía de la libre designación, a la integración de la administración paralela de la Junta en la Sanidad pública, que elude el control de los funcionarios públicos o que no acaba con el copago, entre otras razones.

El último episodio de la contienda ha sido el impulso de la petición de abrir un expediente al facultativo Jesús Candel e inhabilitarlo. La propuesta ha sido firmada por algo más de 2.300 ciudadanos y se ha dirigido al Colegio de Médicos de Granada. Sin embargo, su presidente, Jorge Fernández Parra, indicó ayer que este órgano profesional no puede abrir un expediente para inhabilitar a Spiriman, ni a ningún otro médico con una mera recogida de firmas presentado a sí mismo como "grupo de usuarios" del Servicio Andaluz de Salud.

La petición se fundamenta en que, presuntamente, Spiriman habría violado los estatutos y el código ético y deontológico del Colegio de Médicos "de manera sistemática durante el último año y medio".

Pero el Colegio de Médicos ha aclarado que las firmas no son procedimiento adecuado en la organización corporativa. Sólo si los supuestos insultos son denunciados por otros médicos pueden iniciarse acciones contra Jesús Candel. Sin embargo, es de recordar que en dicho Colegio de Médicos ya se abrió un expediente anterior contra el combativo médico granadino que aún no se ha sustanciado.

El asunto esencial en el que se fundamentan los ataques contra Spiriman son las formas que utiliza en mensajes, vídeos y comunicaciones vía redes sociales. Según sus adversarios, en ellas destacan insultos y descalificaciones personales desde que la Junta impuso la concentración hospitalaria en Granada.

La respuesta de Spiriman que recoge El Mundo da una idea del nivel de enfrentamiento al que se está llegando: "2.300 gilipollas quieren inhabilitarme", acción que enmarca en el "miedo a perder sus prebendas" por parte de "resentidos de sus tristes pasados".

Los que se oponen a Spiriman en esta última ofensiva dicen ser defensores de la sanidad pública pero nunca se refieren a los problemas de fondo de la sanidad andaluza sino solo a las formas utilizadas por el líder social granadino en sus comunicaciones. Según ellos, Spiriman no tiene reparos en nombrar a personas, desde políticos a taxistas, sin límite alguno. Llegan a acusarlo de haber ridiculizado en la forma de animales a la presidenta de la Junta, Susana Diaz, y al alcalde de Granada, el socialista Francisco Cuenca.

Silencian los denunciantes, a los que apoyan los medios "progresistas" fácilmente reconocibles, que, como informó Libertad Digital, muchos de los mencionados por Spiriman son los que le llaman nazi, populista y otras lindezas en las redes sociales. De hecho por poner un solo ejemplo más, en El Plural de ayer mismo, se decía que "el machismo, entre brutal y campechano, del bocachancla Spiriman está acabando con el buen nombre del activista Jesús Candel".

Más en concreto, los acusadores aducen que Spiriman ha difundido datos de carácter privado y personal y que ha atacado a colectivos desde una perspectiva "homófoba y machista", exhibiendo una actitud populista donde caben insultos y descalificaciones hacia quienes no son partidarios de sus formas. Como prueba han presentado un vídeo de 18 minutos.

Sin embargo, en la misma plataforma de peticiones y firmas, change.org, pueden encontrarse propuestas de conceder la distinción de Hijo Predilecto de Granada a Spiriman firmada por más de 4.000 personas. Otra propuesta de apoyo reciente a Spiriman cuenta ya con más de 12.000 firmas y las rúbricas alcanzadas por la oposición de Spiriman y su movimiento a la Ley de Garantías y Sostenibilidad presentada por la Junta supera las 20.000 firmas.

En cualquier caso, los aliados de la Junta, según Spiriman, están tratando de sacar el asunto Spiriman del ámbito estrictamente sanitario y reivindicativo y llevarlo al terreno de las formas y normas de urbanidad, terreno en el que Spiriman, obviamente, no es demasiado cuidadoso.

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