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"Resuena" la orden de Pablo Iglesias de "cazar fachas" tras el asesinato de Laínez

Odio, odio y más odio. El asesinato del hombre de los tirantes con la bandera de España desata el debate y eclipsa la campaña.

El Mundo dice que "Iceta reclama indultos por el 1-O y revienta el bloque constitucional". Se veía venir, el bloque ya nació con algunas grietas. A Francisco Rosell, sin embargo, le ha sentado como una patada en el estómago. "Se trata de una posición improcedente, hipócrita e irresponsable (…) El PSC regresa así al viscoso terreno de la ambigüedad". Aunque el verdadero tema del día es el asesinato de Víctor Laínez. Arcadi Espada se cachondea de la sobreactuación de El País ayer, que dedicó medio periódico a darse golpes en el pecho por el tuit contra Iceta. Debía tener un día aburrido Arcadi, porque hasta contó las palabras. "El martes 664 palabras para describir el insulto" a Iceta. "Al día siguiente usó 679 para el asesinato" de Laínez. "La distancia de calibre periodístico entre una broma sexual y el asesinato de un hombre por supuesta causa hispanófoba es demasiado leve como para que resulte tolerable (…) Son desgraciadamente habituales las bromas homófobas, pero es un caso único que alguien muera por exhibir la bandera de su país". Pablo Iglesias y sus teles estaban ayer de suerte. Unos descerebrados publicaron un vídeo subidos en un tanque diciendo idioteces, para qué queremos más, "todas las terminales nacional-populistas se pusieron ayer a replicar la historia del tanque". Sí, a Ferreras se le vio mucho más afectado por la tontuna del tanque que por el asesinato del "facha".

El País sigue dale que te pego con el tuit sobre Iceta. No se recuerda que este periódico le haya dado tanta cancha a otros insultos difundidos en las redes. Para disimular, se esconde en Ciudadanos. "Cadena de acosos a los partidos contrarios al procés. Ciudadanos y PSC han sufrido varios ataques durante la campaña", dice dejando fuera al PP. Ha consultado a los "expertos" y le han dicho que se debe a que "la sociedad catalana sufre una profunda escisión". Yo de mayor quiero ser 'experta de El País'. Sobre el asesinato de Laínez dice que "el crimen de Zaragoza enciende las alarmas sobre el odio político" y se encarga de señalar que "el acusado es un joven de origen chileno, nieto de un militar de la dictadura". Aunque el asesinato lo cometió en nombre de la extrema izquierda. El editorial dice que "el crimen supuestamente cometido por Rodrigo Lanza es un evidente delito de odio, un hecho aislado, pero son demasiados lo símbolos que este drama particular comparte con los que se han puesto en juego en la escena política en los últimos tiempos", como "los insultos, la quema de banderas, la descalificación del contrario", que sí, y el tuit contra Iceta. Vaya día llevamos, a ti se te muere tu padre y yo pierdo el boli. "Tras el crimen de Zaragoza no hay una trama o una organización política, dispuesta a sembrar el terror. Responde a una personalidad agresiva y rencorosa", que el tal Rodrigo tenía un mal día, le falta decir. Xavier Vidal Folch, que no hace mucho llamó fachas a los que sacaron la bandera española, se permite decir hoy que "la peor secuencia de incivismo se incita con el insulto" y denuncia la "ofensa verbal, injuria, acoso, presión, amedrentamiento, amenaza, dicterio, agravio, invectiva, asedio". Que empiece por pedir perdón a los que llamó fachas. Si no, este hombre no tiene ninguna credibilidad.

A ABC no le inquietan las ventas y lleva en portada el "macrojuicio al régimen clientelar del PSOE andaluz". Ya en el interior señala sin contarse que "la izquierda radical calla ahora tras convertir en mártir al homicida de Zaragoza". Dice el editorial que "el apego de la extrema izquierda a la violencia es un peligro para la democracia". Es que mira que les gusta, "apoyan a los sicarios proetarras de Alsasua, al matón de Bódalo, al filoterrorista de Alfon, o a criminales como Lanza", vamos, que ven a un violento y se les hace el culo pepsi-cola. "La degradación democrática de la extrema izquierda es tan notoria que debe preocupar al Estado". ¿Está pidiendo ilegalizar Podemos y sus satélites? Bieito lo deja ahí, a interpretación del lector. Pero Jaime González alerta de que "es muy posible que los niveles de odio de la sociedad española se encuentren en su cota más alta de los últimos 50 años". "En España el odio ideológico ha repuntado con fuerza alentado por quienes destilan a su conveniencia la ira para que se expanda con fuerza y prenda la mecha del estallido social". Isabel San Sebastián apunta en la misma dirección. La "ralea de odiadores henchidos de buena conciencia son los podemitas que ampararon a este sujeto (…) Lanza encarna, junto a sus valedores de extrema izquierda totalitaria, lo peor de una España minoritaria, resentida, envenenada de ira y de odio hasta el punto de matar por unos tirantes". ¡Eh! unos tirantes con bandera española, no unos tirantes cualquiera.

La Razón narra cómo sucedieron los hechos. "Tú, facha, ¿qué haces en este barrio?. El Rodri interpeló a Víctor Laínez poco antes de golpearlo con un puño americano". Mira Pablo, el arma favorita de la extrema derecha se la han apropiado los tuyos. "Líderes de Podemos como Iglesias y Colau arroparon y financiaron al detenido". Marhuenda dice que Podemos "ha legitimado el uso de la violencia". Legitimado, azuzado, encabezado. "Resuenan ahora las terribles palabras de Pablo Iglesias hace cuatro años, cuando llamaba a cazar fachas". Pues hala, ya tiene su primera pieza, que haga una muesca en su revolver. Ussía le hace un gran homenaje a "un hombre bueno que quería y sentía a España profundamente". "Un español libre y pacífico" asesinado "por llevar en los tirantes los colores de la Bandera de España", se duele. "Descanse en paz el hombre bueno, don Víctor Laínez, el motero que soñó con ser legionario". Ussía, prudencia que no le conocías de nada, tampoco hace falta exagerar.

En La Vanguardia Francesc Marc Álvaro pone pie en pared a tanta historia con el odio. "Ahora todo es odio. El odio surge como una palabra comodín, que lo explica todo. Y el delito de odio se aplica también con una alegría aterradora, sobre todo cuando se trata de impedir y frenar críticas a gobernantes y grupos que ejercen el poder desde el ámbito público y privado. El recurso al odio aparece como una mordaza". Di que sí, Francesc, tú odia lo que te dé la gana, qué es esto de que ahora te digan a quién tienes que insultar y a quién no. Como esto siga así lo mismo hasta te censuran las columnas. Y ni te cuento a Rahola.

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