La idea de que el expresidente Carles Puigdemont gobierne desde Bruselas vía Skype ha propiciado un hilarante artículo de Henry Mance publicado este viernes en el Financial Times en el que imagina cómo transcurriría una reunión virtual a través de esta plataforma entre el exvicepresidente Oriol Junqueras (ya fuera de prisión) y el fugado Puigdemont, eso sí, obstaculizada por una "conexión débil". El artículo se titula: "El largo Skype hacia la libertad para Cataluña".
Carles Puigdemont: ¡Buenos días, compañeros miembros del gobierno! Estoy tan contento de dirigir nuestro sencillo camino hacia la independencia
La conexión falló. Duración de la llamada: 3 segundos
Llamada entrante de BrusselsMartyr1-O
CP: Como estaba diciendo, puedo estar muy lejos pero, con la tecnología moderna, es como si estuviéramos en la misma habit...
La conexión falló. Duración de la llamada: 6 segundos
Llamada entrante de BrusselsMartyr1-O
CP: Basta de saludos. El sabor de la independencia es...
Oriol Junqueras: Señor presidente, creemos que debería dar un paso atrás.
CP: ¿Un paso atrás? ¡No! ¡Nunca!
OJ: Por el momento solo podemos ver su fosa nasal izquierda.
CP: Ah. ¿Y ahora?
OJ: Ambas fosas nasales.
CP: ¡Esta habitación de hotel es demasiado pequeña! Es como si estuviera en prisión.
OJ: ¿De verdad?
CP: Bueno, no literalmente, Oriol. Pero sí espiritualmente. ¿No has estado en Bruselas en enero? Ojalá pudiera experimentar estos primeros días embriagadores de nuestra Cataluña independiente.
OJ: Parece que todavía somos parte de España.
CP: Cataluña, sede de compañías de primera línea como Banco Sabadell, Abertis y Bimbo. . .
OJ: Se han mudado. . .
CP: Cataluña, que vibra con Lionel Messi. . .
OJ: Resulta que su contrato tiene una cláusula de incumplimiento por el tema de la independencia...
Advertencia: batería baja
La conversación continúa por derroteros surrealistas hasta el punto de que Junqueras acaba proponiendo una votación para decidir si Puigdemont debería volver a España. Gana la opción de que el cabeza de lista de Junts x Catalunya regrese, pero Puigdemont no está dispuesto a acatar el mandato de las urnas, o en este caso, la votación a mano alzada.