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Todos contra "Yirauta"

Lo que empezó como una especie de repugnancia instintiva se ha convertido en odio.

Lo que empezó como una especie de repugnancia instintiva se ha convertido en odio.
Imagen del programa emitido este domingo | LaSexta

En el Partido Popular ha habido desde el inicio una fuerte inquina hacia Ciudadanos, ese partido de catalanes advenedizos que se ha atrevido a disputar a los populares una parte importante del voto nacional. Últimamente, además, este trasvase se está produciendo con éxito arrollador a tenor de los vaticinios de todas las encuestas, de tal manera que lo que empezó como una especie de repugnancia instintiva, ahora se ha convertido en un odio perfectamente estructurado que impregna toda la acción política del partido de Rajoy con carácter trasversal.

En esta lluvia fina de ataques al partido de Rivera, los líderes del PP aprovechan cualquier intervención en los medios para situar a Ciudadanos como su máximo rival político y, en consecuencia, convertirlo en el principal adversario a batir. Precisamente en la noche del pasado domingo y en las pantallas de La Sexta, Javier Maroto dio buena muestra de que esto de atacar a Ciudadanos no es fruto de un enfado coyuntural por el batacazo popular en las elecciones catalanas, sino un episodio más en la estrategia de dañar al partido de Rivera que los populares han fijado como su máxima prioridad.

La cosa sucedió en el plató de Ana Pastor, convertido en un apéndice de la soberanía nacional y ella misma en árbitro del debate político como su homónima al frente del Congreso, con presencia de representantes de los principales partidos para un debate marca de la casa. Uno esperaba que, en un foro con representantes de golpistas y ultraizquierdistas, las bofetadas del PP llovieran precisamente en esas dos direcciones, pero Javier Maroto es un político disciplinado muy consciente de la prioridades que marca su partido. De ahí el fenomenal rifirrafe con Juan Carlos Girauta, portavoz de Cs, al que el popular se pasó todo el debate llamando "Yirauta" tal vez profundizando en la sabia estrategia inventada por Hernando y Maíllo para reducir a Ciudadanos al ámbito catalán, cuando se referían a dicho partido como Chutadans, Siutatans o Chiudatans.

Acusar de corrupción a Ciudadanos porque el Tribunal de Cuentas ha introducido una salvedad en la revisión de su contabilidad parece una táctica poco prometedora, pero en una sociedad que tiene a La Sexta como la referencia para formar opinión política no deja de tener cierta efectividad. La cuestión, sin embargo, trasciende ese juego infantil de acusaciones infundadas contra un partido que todavía permanece impoluto, sobre todo porque apenas ha tocado poder. Así pues ¿por qué ataca el PP con tanta saña a Ciudadanos, a pesar de que depende de sus votos para mantenerse en el Gobierno de España, en tres comunidades autónomas, 18 capitales de provincia y miles de ayuntamientos más? Tras las elecciones de autonómicas del año próximo, probablemente sea una de las cosas que Maroto tendrá que explicarle a Yirauta. El de Chutatans.

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