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El separatismo se conjura en torno a Puigdemont

El expresidente catalán negocia con los nacionalistas flamencos la posibilidad de pronunciar su discurso de investidura desde el Parlamento flamenco.

El expresidente catalán negocia con los nacionalistas flamencos la posibilidad de pronunciar su discurso de investidura desde el Parlamento flamenco.
El expresidente catalán Carles Puigdemont comparece ante los medios. | EFE

Las organizaciones y los partidos separatistas preparan un nuevo ciclo de movilizaciones callejeras. Si Puigdemont no puede ser elegido, anuncian manifestaciones, desobediencia institucional y tensión, un escenario de enfrentamiento civil con la figura del expresidente como coartada para volver a la carga y al choque.

Tras la decisión del Tribunal Constitucional sobre los recursos del Gobierno, Junts per Catalunya, la CUP, la ANC, Òmnium y los Comités de Defensa de la República se aferran a la estrategia de la confrontación. ERC ha quedado desbordada, presa de una pinza entre la plataforma de Puigdemont y las organizaciones civiles en un contexto que empieza a manifestar los contornos insurreccionales del 1-O.

La CUP se plantea abortar la legislatura a las primeras de cambio. Sólo votarán a Puigdemont y sólo en el caso de que el expresidente de la Generalidad se comprometa a implantar la república. La intención de los cuatro diputados cuperos es ocupar sus escaños y reemprender la campaña de desobediencia institucional. "Política" de máximos. República sin subterfugios y de arrancada, "choque de legitimidades", según la expresión del nuevo cabeza visible de la formación antisistema, Carles Riera, entre el Estado del 155 y la república catalana.

A diferencia de lo ocurrido hace dos años, cuando la CUP se cargó a Artur Mas, la formación es ahora el mejor aliado del candidato convergente en tanto que su investidura es la única alternativa que contemplan. En la hipótesis de que Junts per Catalunya y ERC cancelaran la operación Puigdemont en favor de un elegible menos problemático, la CUP rompería la baraja.

Sin embargo, no es previsible que las formaciones separatistas planteen otro nombre. El excarcelado Josep Rull, diputado de Junts per Catalunya y exconsejero de Fomento, ha dejado claro que la plataforma de Puigdemont no le dejará en la estacada. Al presidente le elige el pueblo de Cataluña, no Sáenz de Santamaría o Rajoy", ha defendido. Además, ha advertido de que si anula la vía Puigdemont, sea de manera "preventiva" o por la imposibilidad de un nombramiento a distancia, recurrirán al Tribunal de Estrasburgo.

El silencio de ERC

En ERC predomina el silencio. Quedar por detrás de Puigdemont, si bien por diez mil votos, ha sumido al partido de Junqueras en el silencio. Roger Torrent, el presidente republicano del "Parlament", mantiene la convocatoria del pleno de investidura. La Mesa de la cámara debe resolver si acepta la delegación de voto de los exconsejeros fugados y está a la espera de la decisión de Puigdemont entre regresar o quedarse. De momento, negocia con los separatistas flamencos para pronunciar su discurso de investidura en el parlamento flamenco y mantiene agendado una acto en Bruselas para la tarde del 30.

El consejo político de la CUP va más allá que Junts per Catalunya y ERC y presume que en un escenario conflictivo volverá a ser decisiva la movilización de las bases separatistas. Los Comités de Defensa de la República y la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ya han anunciado manifestación en los aledaños de la cámara catalana para el martes. La dirección de esta entidad ha emitido un comunicado este sábado en el que afirman que "no aceptaremos más imposiciones ni usurpaciones de la soberanía de Cataluña".

Más movilizaciones

Se ciñen al mandato de las elecciones de hace dos años y al del referéndum ilegal del 1-O. "Cualquier otra cosa que no sea materializar este mandato lo entenderemos como una imposición inaceptable en una democracia, como una prueba definitiva del golpe de Estado y el espíritu dictatorial del Estado español, que nunca aceptaremos. En consecuencia, no nos moveremos de nuestra radicalidad democrática y llegaremos a lo que haga falta para defenderla", apunta la nota de la ANC que concluye con un llamamiento a la ciudadanía "para que esté preparada para movilizarse en defensa de su voto".

La ANC pretende reanudar el ciclo de movilizaciones que culminó con dos huelgas generales entre octubre y noviembre. Tras una semana de escasa agitación y concentraciones de menor relieve, vuelve la retórica incendiaria a la ANC y Òmnium a pesar de las proclamas pacificistas de sus líderes presos.

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