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Puigdemont cumple cien días escapado y exige al 'Parlament' que le pague dos millones

Junts per Catalunya pide a la Mesa de la cámara catalana que tramite de urgencia el abono de las subvenciones por los resultados electorales.

Junts per Catalunya pide a la Mesa de la cámara catalana que tramite de urgencia el abono de las subvenciones por los resultados electorales.
Carles Puigdemont, a la izquierda, durante su viaje a Copenhage | EFE

Cien días de fuga. Puigdemont se ha dado este martes un homenaje en Lovaina en compañía de los más fieles para conmemorar la redonda cifra. Compareció junto a los exconsejeros escapados Meritxell Serret, Toni Comín, Clara Ponsatí y Lluís Puig, la Generalidad en Bélgica según la machacona propaganda nacionalista. Cien días de gobierno en el exilio, afirma Puigdemont en las redes sociales.

Los mensajes a Comín retrataban a un hombre hundido. Para paliar la imagen, el expresidente mantiene el pulso con ERC y acentúa que cada día que pasa fuera de España es un triunfo de la causa republicana y una derrota del Estado. Pero no sale del todo gratis. Los gastos de la escapada del expresidente de la Generalidad son elevados. Dispone de las ayudas de empresarios amigos, como Josep Maria Matamala, de la generosidad del Hotel President, que utiliza como despacho, oficina política y centro de prensa, y de su sueldo de diputado, a todas luces insuficiente para un tren de vida que incluye el alquiler de un palacete en Waterloo a razón de 4.400 euros al mes.

Todo es poco para Puigdemont, razón por la que su grupo, Junts per Catalunya, ha instado al Parlament a que proceda a abonar los casi dos millones de euros de dinero público que le corresponden por los resultados. Por número de escaños, 34, la plataforma del fugado reclama 547.454 euros. Otros 573.827 por el número de votos y casi un millón más por los envíos postales de material electoral.

Según datos del PDeCAT, la campaña costó 800.000 euros y los envíos, unos 600.000. Este monto fue aportado por el partido heredero de Convergencia. Sin embargo, la petición del grupo de Puigdemont se ha hecho al margen de la formación, que teme que los gastos de campaña habrán sido una "inversión" a fondo perdido.

Rebotados de Convergencia

El expresidente regional actúa al margen de su partido, rodeado por un núcleo de fieles ajenos a Convergencia o rebotados del partido pujolista. Puigdemont no disimula su creciente distancia con la dirección del PDeCAT, excluida de las negociaciones sobre la investidura.

En el plano político, el fugado insiste en ser nombrado presidente por la cámara autonómica y ejercer ese papel desde su refugio belga. No hay demasiados matices en la propuesta de Puigdemont, que antes de dar un paso a un lado prefiere precipitar la repetición de las elecciones a pesar de los pronunciamientos en contra del excarcelado Josep Rull y el preso en Soto del Real Jordi Sànchez, ambos diputados electos.

El informe interminable

Los letrados del Parlament aún no han concluido su informe sobre la cuestión de los plazos, si bien todo parece indicar que se inclinarán por considerar que hasta que no haya una votación de investidura no comienza la cuenta atrás. De momento, ERC no consigue doblegar la obstinación del expresidente en provocar un nuevo choque con el Estado sin los disimulos y atajos que proponen los republicanos, como el de la asamblea de electos que elegiría a un presidente simbólico.

Sea como sea, Puigdemont quiere un poder efectivo y real, así como una investidura con efectos prácticos, un escenario que aboca a nuevos comicios.

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