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Pedro Sánchez deja vendido a un español condenado a 12 años de cárcel por manifestarse en Cuba

Mario Josué Prieto Ricardo se ha convertido en uno más de los cientos de encarcelados por participar en las protestas pacíficas del 11J en la isla.

Mario Josué Prieto Ricardo se ha convertido en uno más de los cientos de encarcelados por participar en las protestas pacíficas del 11J en la isla.
Mario Josué Prieto Ricardo, español encarcelado en Cuba. | NIURKA RICARDO

No hay consuelo para los padres de Mario Josué Prieto Ricardo, ciudadano español de 27 años residente en EEUU que ha sido condenado a 12 años de cárcel por manifestarse pacíficamente el 11 de julio de 2021 en Cuba. La famosa marcha del 11J le pilló en la isla caribeña circunstancialmente. El joven, de padre español y madre cubana, vivía en el estado de Virginia hasta que su hermana murió de cáncer. Entonces, decidió pasar una temporada con sus padres y regresó a su país de nacimiento.

Llegó a Cuba el 13 de marzo de 2020. Rodearse de su familia le sirvió para remontar anímicamente y experimentar cierta mejoría en la depresión que le ha llevado incluso a intentar acabar con su vida en varias ocasiones. La llegada de la pandemia de COVID-19 le sorprendió estando allí. El régimen comunista cerró sus fronteras y Mario Josué se vio obligado a quedarse más tiempo del esperado en la isla. Inicialmente, para él no fue un problema.

El 11 de julio de 2021, el pueblo cubano se echó a la calle para reclamar la libertad que la dictadura le roba desde hace más de 60 años. Él se dejó llevar por aquel sentir comunitario que empujó a sus vecinos a manifestarse sin miedo, a sabiendas de las posibles consecuencias que aquel acto de protesta podía tener, y se unió a ellos. Aquel día marchó por las calles de Holguín como uno más, pero no llegó a imaginar la gravedad de las represalias que podrían recaer sobre él y su familia.

Al día siguiente, la policía le detuvo por violar las medidas de limitación de movimientos impuestas en la pandemia, a pesar de que aún no había comenzado el toque de queda. Una vez en dependencias policiales, le informaron de que su nombre estaba en la lista de personas que se habían manifestado el 11 de julio y le pidieron que se identificara. Él mostró su green card (tarjeta de residencia permanente en EEUU) y su pasaporte español.

A continuación, le retuvieron la identificación estadounidense y le trasladaron a la prisión de instrucción penal, donde fue interrogado acerca de su participación en la marcha, sus reuniones con otros cubanos y el motivo de su regreso a la isla. Insistentemente -relata su familia- le preguntaron si estaba en contra del proceso revolucionario o del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

El 14 de julio, dos días más tarde, el joven es liberado previa advertencia de que debía "defender la revolución" y que "no se meta en problemas", además de la imposición de una multa de 2.000 pesos, con la excusa de que Mario Josué se había saltado los horarios de movimiento impuestos por el régimen ante la crisis sanitaria provocada por la propagación del nuevo coronavirus.

Otro juicio sin garantías

El 23 de julio el joven español es detenido y conducido de nuevo a la prisión de instrucción penal, aunque no es hasta una semana más tarde cuando se comunica a su familia su procesamiento por los delitos de desorden público y atentado, en relación con su participación en las manifestaciones del 11J. Le acusaron de haber propinado un puñetazo a un policía durante la convocatoria, pero no presentaron ninguna prueba de ello.

Como vienen denunciando los familiares de decenas de condenados por el 11J, Mario Josué fue condenado tras un juicio irregular y sin garantías. El resultado: una sentencia de 12 años de privación de libertad, por sedición (habitual entre las condenas de los manifestantes). Sus padres se sienten impotentes e indefensos. "España tiene la legitimidad para proteger a Mario Josué Prieto Ricardo. Es un ciudadano español, pueden pedir su traslado", espeta su madre.

Según relata Niurka Ricardo para LD, teme por su vida. "Estoy segura de que mi hijo no va a aguantar mucho tiempo en esas condiciones", asegura, "está mucho más delgado y más nervioso". "Él sabe que está encarcelado injustamente", sentencia. "Nunca mostraron durante el juicio una sola prueba para que pudieran condenar a mi hijo ni a un día de prisión, y menos a 12 años".

Encarcelado en paupérrimas condiciones

Mario Josué Prieto Ricardo es paciente psiquiátrico desde su niñez, por lo que necesita control médico y que le sean administrados los fármacos prescritos por su facultativo con regularidad. Necesidades que no han sido atendidas durante los 13 meses que lleva encarcelado, llegando incluso a negarse a darle la medicación que les había sido facilitada por la madre del reo.

Según cuenta su familia, durante la instrucción penal no tuvieron piedad con él. Lo sometían a interrogatorios constantes en los que utilizaban prácticas de tortura psicológica. Las sesiones eran largas y a cualquier hora, del día o de la noche. Circunstancia a la que habría que sumar las terribles condiciones de higiene y salubridad en las que le obligaban a vivir.

Desgraciadamente, las cosas no son muy diferentes en la prisión provisional de Holguin, donde se encuentra ahora. Sigue siendo habitual que le entreguen un litro y medio de agua para cubrir las necesidades de todo un día. Es decir, para beber, lavarse, echar en el WC o limpiar su celda. Y aquí también le dan comida en mal estado -putrefacta-, lo que le ha provocado distintas infecciones alimentarias, así como el empeoramiento de sus dolencias estomacales (padece una úlcera, gastritis crónica e infección por Helicobacter Pylori desde hace varios años).

Niurka apela "a los sentimientos de las autoridades españolas, y de toda la Unión Europea si es necesario, para que nos ayuden a tramitar y sacar a mi hijo de acá". Ella sigue teniendo "la esperanza de que se pueda resolver", señala en declaraciones a LD, a pesar de que hasta al momento no ha recibido ayuda alguna por parte de ninguna institución.

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