Fue un homenaje distinto a los demás. El ambiente enrarecido, las emociones a flor de piel. Todo estaba tan preparado, tan calculado, que parecía una fotografía a punto de romperse en mil pedazos. El día en Bilbao imponía tristeza, con un cielo de permanente amenaza de lluvia. Dentro de la sede de la televisión pública vasca, un protagonista: Miguel Ángel. Aquél joven concejal del PP que fue secuestrado y después vilmente asesinado por ETA; quien sin quererlo se convirtió en ejemplo de rebelión cívica contra los tiranos. Cuando su rostro apareció en las pantallas, sus padres, Consuelo y Miguel Ángel, no pudieron contener las lágrimas.
El presidente del Gobierno llegaba puntual. El PP vasco había abonado el terreno y Marimar, hermana del edil y miembro de la dirección de Antonio Basagoiti, había hablado personalmente con el resto de representantes de víctimas para decirles que no era un acto político, que no había siglas. Así, fueron casi todos, entre ellos la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza. Era la primera vez que Mariano Rajoy se veía cara a cara con las víctimas desde que se trasladara a la Moncloa; desde entonces, el Ministerio del Interior era el interlocutor con el colectivo, pero tras el caso Bolinaga los puentes se elevaron. El etarra excarcelado estuvo muy presente, no tanto en los discursos pero sí en los gestos.
El saludo de Pedraza primero con Rajoy y después con el ministro del Interior, a quien sentaron al lado, fue clarificador. Frío, seco. Más con el segundo que con el primero. Según explicó a este diario, ella no acudía a hacerse la foto ni a apoyar o respaldar ningunas siglas, sino a acompañar a la familia de Miguel Ángel. Pero, tras escuchar al presidente, confesó que le gustaba la letra. Ahora bien, ya no se cree las palabras sino que quiere hechos: “Que cumpla todo lo que ha dicho hoy aquí”, afirmó, escasos segundos después de despedirse de él, ya con semblante más amable. Con Jorge Fernández Díaz apenas se cruzaron unas pocas palabras; tuvieron una reunión el pasado lunes "y allí ya le dije todo lo que le tenía que decir".
Contundente mensaje del presidente
Rajoy fue emotivo y contundente por igual. Antes un emocionado Basagoiti había llamado a una nueva “rebelión”, en esta ocasión para descubrir qué se esconde tras la careta de Bildu. Su estrategia no es otra en esta campaña que defender más España frente al separatismo, y reclamó la ayuda de todos. También lo hizo Marimar, la hermana, que como miembro del PP llamó por varias veces a dejar las divisiones. Y entonces habló el presidente: “Quiero decir con la tranquilidad que da la convicción, alto y claro, que el Gobierno no negociará nunca con los terroristas”.
Cada frase era acompañada de una ráfaga de aplausos. “Que negociar es acercarse a la razón de otro y ETA no tienen ninguna razón”, añadió. “El Gobierno no cederá nunca, nunca, a ningún tipo de chantajes de quienes han practicado y alentado el terror. El Gobierno no transigirá nunca con las ambigüedades y los cálculos de quieren sacar réditos de los mismos”, expuso contundente.
Ley y Estado de Derecho. “Incluso cuando más pesar nos produce nuestra aplicación”, dijo, en clara referencia al caso Bolinaga y a la polvareda que ha levantado en víctimas y bases de la formación. Rajoy también marcó la senda, en cuanto a principios y valores, en la que encuadra su política en el País Vasco: una pluralidad, dijo, que encuentra “su convivencia” en el seno de España.
Y, después de mucho tiempo, no lo hizo en TVE, volvió a referirse expresamente a las víctimas, en una reconciliación que nunca llegará -según Pedraza- si no cumple con la hoja de ruta marcada: “Lo he dicho otras veces y lo repito hoy. Sois un referente para la inmensa mayoría de los españoles, estais en la cima moral. Mantuvisteis los brazos en alto”, y por eso “ningún agradecimiento estará a la altura. A lo máximo que podemos aspirar es a seguir vuestra lección sin desfallecer hasta que ETA desaparezca”. Un fin, el de la banda derrotada sin cesiones ni chantajes, al que se comprometió con la máxima solemnidad que da un homenaje al referente de la libertad, con los padres de Miguel Ángel emocionados en primera fila. Pese al caso Bolinaga o la política penitenciaria. Las víctimas, escarmentadas, dijeron que le quieren creer, pero que habrá que esperar si cumple.