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Soraya exhibe un documento de 2004 de la UE contra las tesis de Mas

En 2004, el colegio de comisarios advirtió que la independencia de una región conllevaría su expulsión de la UE. Traducido: "Cataluña fuera de la UE".

El Gobierno incluyó un argumento más para desmontar la teoría de Atur Mas de que una Cataluña fuera de España formaría parte de la Unión Europea como Estado propio. Además del portazo de esta misma semana de la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Vivianne Redding, desde Moncloa se recuperó un escrito del colegio de comisarios de 2004, y que pone negro sobre blanco sobre qué ocurriría en caso de que una región dejara de formar parte de su nación madre.

Aunque la respuesta oficial no venía dada por las pretensiones secesionistas del nacionalismo catalán, las piezas casan como un puzzle. Tanto es así que Soraya Sáenz de Santamaría la usó como elemento principal para desacreditar el discurso del presidente de la Generalidad, y posteriormente se repartió a los periodistas -incluye varias preguntas de Eluned Morgan, diputada socialista galesa, y la consiguiente respuesta-. En caso de que la ruptura se consumiera, se expone en la misiva, la zona en cuestión se convertiría “en un tercer Estado” al margen “de la Unión y de los Tratados”.

Para formar parte del mapa comunitario, sigue el documento oficial, se necesitaría “una negociación sobre las condiciones de admisión” y que finalmente todos los Estados miembros -entre ellos España- tuvieran que dar su visto bueno. El Ejecutivo quiere que esta idea quede muy clara y cale en la sociedad catalana, “que muchas veces no sabe realmente lo que ocurre y se informa por un mapa mediático fuertemente subvencionado por la Generalitat”, destaca un asesor gubernamental.

Tiene que quedar claro, enfatizan tanto desde la Moncloa como desde el PP, que las reglas de juego “son las que son”, y de ahí que la portavoz del Ejecutivo llamara “a que se analicen de verdad las implicaciones reales de lo que se propone”. “Hay cierto apresuramiento a la hora de invocar a estos elementos”, reseñó, aludiendo a lo que en privado denominan “las mentiras” de un Mas que vende “que no va a cambiar nada”.

Un mundo idílico que la vicepresidenta se encargó de reconvertir en realidad: “Tengo la sensación de que en estas peticiones de independencia del señor Mas han sobrado improvisaciones y escasa valoración de lo que pueden ser las consecuencias legales y reales. Con todos estos datos -en relación a la carta de 2004- llamo a la reflexión. Hay que ser conscientes de las implicaciones legales y económicas”, remató.

Utiliza a Duran: "Por lo menos reconoce la verdad"

El Gobierno quiso dejar también claro que no cree que “nunca” se va a llegar al escenario de una Cataluña independiente. Pero también buscar evidenciar que las promesas de Mas son irreales. De hecho, arrancó la vicepresidenta, Redding ya fue “muy clara”. También el portavoz de CiU en el Congreso, Duran Lleida: “Le ha dicho a los españoles lo que hay, aunque él también reclame la independencia. Por lo menos ha reconocido la verdad: que saldrían de la Unión Europea”, se permitió la portavoz.

Su última estocada fue contra Joaquín Almunia, comisario del cupo español que sigue poniendo en cuarentena la versión de Madrid y que, incluso, decidió entrar en el debate situándose del lado de Cataluña. A Sáenz de Santamaría le bastaron unos pocos segundos: “Sus valoraciones no fueron en el ámbito de competencias. El colegio de comisarios ya ha contestado formalmente en 2004”.

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