Un grupo de radicales, no más de un centenar, intentó boicotear el transcurrir habitual de la campaña electoral catalana. En Lérida, increparon e insultaron a los militantes y simpatizantes que acudieron al auditorio de la ciudad para escuchar al presidente del Gobierno, que arropaba a la candidata Alicia Sánchez-Camacho.
El momento de mayor tensión llegó cuando la comitiva del presidente hizo presencia; Mariano Rajoy fue recibido con calificativos despectivos. Un individuo ondeaba una bandera independentista. El jefe del Ejecutivo salió del coche andando a pocos metros de los increpadores, que estuvieron controlados por la Policía autonómica, que aunque no les impidieron el paso mantuvieron el cordón de seguridad muy próximo a la entrada del recinto.
Dentro, el PPC no logró llenar el aforo de unas 800 personas -según fuentes de la Organización asistieron 700-. Hubo asientos que quedaron libre, si bien no podría calificarse de pinchazo en ningún caso. Fuentes de la organización recordaron que, a la entrada, el susodicho grupo insultaba a los ciudadanos -la mayoría de edad elevada- que acudieron a arropar a los dirigentes populares.