CiU y Mas se ha quedado a casi 20 diputados de la ansiada mayoría absoluta y el resultado es tan malo que incluso se complica formar un gobierno verdadermente estable.
La alianza con ERC era el pacto más esperado y con este resultado daría una mayoría muchísimo menos amplia de lo que los protagonistas deseaban: sólo por tres diputados y nada que ver con la abrumadora por encima de los 80 que habían pronosticado no pocas encuestas.
Además, tras el fracaso con que ha supuesto para CiU su radicalización por la independencia, es más que probable que esa alianza, que todavía radicalizaría más a los convergentes, no sea la mejor opción para los de Mas.
Tampoco con los grandes partidos
Igualmente complicado sería un pacto con el PSC o con los populares. Con los socialistas sería la unión entre los dos partidos que más han perdido en estas elecciones y tampoco los números son muy cómodos: 70 escaños en una situación muy difícil tanto en lo político como lo económico.
Con el PP se llegaría justo en el límite de la mayoría: con 69 escaños para una unión que parece muy contra natura después de todo lo ocurrido, pero que quizá podría tener sentido si se produce un cambio en la cúpula convergente.
Por otro lado, pese al buen resultado de ERC e ICV, el hundimiento del PSC hace inviable reeditar el infausto tripartito: se quedarían en 55 diputados en el parlamento catalán. Ni siquiera con la poco previsible participación de las recién llegadas CUP se podría reeditar un pacto entre izquierdistas y nacionalistas de izquierda.