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Los barones del PP, "muy preocupados", esperan un Rajoy más duro

Génova no concreta si habrá investigación interna más allá de revisar las cuentas. Los barones se declaran "indignados" y piden concreción.

Génova no concreta si habrá investigación interna más allá de revisar las cuentas. Los barones se declaran "indignados" y piden concreción.

Mariano Rajoy medirá este lunes si su esperado discurso en Almería ha cumplido las expectativas, al menos de puertas para adentro. Si el sábado era un cónclave de cargos municipales, en esta ocasión es el Comité Ejecutivo, sin duda uno de los órganos internos más importantes, al que son invitados los barones autonómicos. Y estos, a diferencia de los asistentes a la Intermunicipal, tendrán opción de réplica tras el discurso del jefe.

Prueba de que las aguas siguen bajando revueltas y, en consecuencia, el aviso a navegantes de Rajoy no fue tan contundente como lo esperado, es que los presidentes regionales -con o sin cargo institucional- consultados por este diario se decantan por "abordar" con "todas las consecuencias" el escándalo de Luis Bárcenas. "Tendría que ser el propio Mariano el que lo hiciera", inquiere uno de ellos. Pero, además, reclaman abrir "cuantas investigaciones internas sean oportunas" para que el PP quede limpio de toda sospecha.

La cita se celebrará a las once de la mañana en la segunda planta de Génova13, en privado. A pocos metros de dónde, todavía hoy, el que fuera tesorero y hombre de confianza mantiene una habitación con documentos relativos a la formación. "Por ahí deberían de empezar, por esos papeles", en voz de un líder autonómico de reciente trayectoria –ganó por primera vez en 2011- y sin relación alguna con Bárcenas. "Nos hizo mucho daño en la oposición, y ahora nos la está haciendo en el poder. No podemos caer dos veces en el mismo error", insiste.

Aguirre: "Caiga quien caiga"

Tras la reacción del jefe, el domingo volvió a ser una jornada complicada: los periódicos llenando páginas con el caso y advirtiendo del hartazgo ciudadano -según un sondeo publicado en ABC, más de un 74% cree que la corrupción está aumentando entre la clase política- y el PSOE, en voz de Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciando una ofensiva judicial y parlamentaria. "Borremos lo que sobra de la política para que vuelva a resurgir, os propongo volver a empezar por nosotros mismos, renovar el partido", proclamó Alberto Núñez Feijóo, reelegido presidente de los populares gallegos y con un empaque interno fuera de toda duda.

A diferencia de en otras crisis internas, los líderes regionales convocados este lunes por Rajoy han mostrado públicamente no sólo su preocupación, sino también su indignación. "Hasta el final, caiga quien caiga", exclamó Esperanza Aguirre, que ya ha confirmado asistencia. "Se tienen que depurar responsabilidades", opina Ignacio Diego, presidente de Cantabria y de perfil muy alejado al de polemista.

María Dolores de Cospedal, convertida de nuevo en dama de hierro, insistió desde Toledo en que revisará "una y mil veces" la contabilidad, a pesar de haberlo hecho ya con anterioridad, para confirmar que es "clara y transparente". "Este partido tiene sus cuentas en nuestro país, que es España; quien las tenga fuera tendrá que responder, pero desde luego no es el PP", recalcó, en relación a los más de 20 millones que Bárcenas escondió en Suiza.

Dudas sobre la investigación interna

Pero, ¿Qué pasa con el supuesto dinero negro? ¿Habrá investigación interna para averiguar si hubo movimiento de sobres? Los barones aspiran a que, al menos, se produzca un desmentido más tajante del pronunciado por Rajoy, que se limitó a acogerse a la versión de los últimos secretarios generales a excepción de Francisco Álvarez Cascos. Oficialmente, se reitera que las cuentas están "claras" y así consta en el Tribunal de Cuentas. Y que "quienes estaban al tanto del dinero, que eran los secretarios generales, ya han dicho que no había nada de nada".

En Madrid no estarán Antonio Basagoiti - que tiene un acto con el ministro de Exteriores en Bilbao- o José Ramón Bauzá -de visita oficial a Marruecos en busca de inversiones-, pero la expectación es máxima. "Otra vez", se ironiza en la casa popular, tras una temporada tranquila, al menos en lo referido a la fontanería.

Con los españoles dejando claro su enfado -un 87% pide, de hecho, penas más duras-, Rajoy volverá a hacer una defensa de clase política que se gana el pan de forma honrada, e intentará retomar su discurso reformista. En principio, y como por otra parte es habitual, a su intervención no tendrán acceso los medios. De lo que diga dependerá, dicen los propios consultados, que los asistentes -además de los barones, la dirección y cargos orgánicos de envergadura- opten por levantar la mano y hacer público su diagnóstico sobre la difícil situación. 

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