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Rajoy ve en los papeles de 'El País' una campaña para intentar destruirle

Rajoy intenta capear el vendaval con un cierre de filas. El sábado, reúne de urgencia a los suyos. Cospedal niega que exista contabilidad B. 

La ola se hace más grande, y amenaza con arrastrar a todos. Ya no son "miembros de la cúpula" del partido, ahora es el presidente del Gobierno. Y fue Mariano Rajoy, en la sombra, quién dirigió una respuesta de urgencia a la publicación de El País, en coordinación con la secretaria general. Un intento de cerrar la crisis, sin éxito a tenor de la indignación creciente, a la espera de que el sábado reúna, de forma completamente extraordinaria, a su Comité Ejecutivo y dé él mismo la cara.

Fue una jornada intensa, muy tensa, en ocasiones casi delirante. De cruces de llamadas de teléfono en plena madrugada, a las tres, a las cuatro, a las seis... Desde primera hora, el trabajo en Génova13 era ya frenético. Se gestó un gabinete de crisis en toda regla, presidido por Dolores de Cospedal. Junto a ella, sus tres vicesecretarios: Javier Arenas, Esteban González Pons y Carlos Floriano. De la sala entraban y salían asesores, responsables de comunicación, aportando nueva documentación, como los comunicados de los extesoreros desmintiendo "los papeles" del rotativo de Prisa.

Si bien, la decisión, el cómo actuar ante la crisis más grave desde que el PP accediera en el poder, se tomó en la Moncloa. En línea directa con Cospedal, un Rajoy consciente de que la situación se estaba descontrolando decidió tomar las riendas. Le afectó mucho, por ejemplo, la expectación mediática internacional que se ha generando, apuntando, ni más ni menos, que a una crisis institucional

El presidente, que celebró la Comisión Delegada para Asuntos Económicos como cada jueves, marcó la estrategia: el partido somos todos y hay que protegerlo. En esta ocasión no hubo expresiones tales como que "cada uno aguante su vela". La investigación interna se hará y elevará un informe, pero hoy tocaba dar una imagen de unidad. "La contabilidad del PP es única y ha sido sometida, todos los años, a la auditoría del Tribunal de Cuentas", dijo públicamente Cospedal, visiblemente cansada, ante una rueda de prensa abarrotada, con medios extranjeros informando de la misma.

El caso de García Escudero 

El desmentido fue tajante, reiterado. Pero Pío García Escudero, presidente del Senado y hombre de confianza de Rajoy, rompió la estrategia. "Yo solicité en el año 2000 una ayuda de cinco millones de pesetas para reformar mi casa, destrozada por ETA, y lo fui devolviendo religiosamente", reconoció a ABC. Una cifra que queda recogida en la presunta contabilidad de Luis Bárcenas.

"Si él lo dice así será. Ese dato será verdad, pero eso no quiere decir que valide el papel que se ha publicado. Los papeles se pueden cortar, pegar, manipular", arguyó la número dos del PP. Este diario tiene constancia, por voz de dirigentes consultados, de que otros cargos también habrían confirmado que los números encajan. Todos ellos, absolutamente todos, insisten en "la legalidad" de las transacciones, fueran o no sobresueldos.

"No hay contabilidad oculta. La contabilidad del PP a lo largo de todos estos años se ha venido haciendo en los términos previstos por la legislación de partidos políticos y ha sido sometida a la fiscalización del Tribunal de Cuentas", se publicó en un comunicado lanzado pasadas las nueve de la mañana. "Única, clara, transparente y limpia", resumió Cospedal, que únicamente admitió que, como en cualquier otra empresa, el pago de un viaje o estancia en hotel se anticipa a los cargos que lo solicite. "Este es un método habitual, no anormal".

"Rajoy no estaba al tanto"

A la número dos le preguntaron, en concreto, por aquellos números que afectan a Rajoy: "Con carácter general, el desmentido del contenido de esos supuestos papeles es tajante", afirmó. Fuentes al más alto nivel, tanto de la dirección como del Gobierno excluyeron al vigente jefe del Gobierno como a José María Aznar de que estuvieran al tanto de cobros en negro, si es que estos se hubieran realizado.

La base argumental de Rajoy es que los papeles no son contabilidad del PP, pero en privado no se descarta que en realidad sí fueran "tejemanejes" de Bárcenas. Documentos "bastante chapuzeros" los denominó Fátima Báñez, ministra de Empleo. Para averiguar si hubo cargo del PP que recibió cantidades en B, Cospedal emplazó a la investigación interna en curso: "Se va a conocer en breves fechas y se está realizando en estos momentos", anunció.

Más aún, varios dirigentes -entre ellos, Cospedal- ya han llevado acabo una "declaración jurada" ante la tesorera, Carmen Navarro, encargada de la auditoría interna. Aunque, en la práctica, este periódico ya informó de que muchas de las averiguaciones que está llevando a cabo Navarro son a través de llamadas de teléfono. La secretaria general recalcó: "No tenemos absolutamente nada que ocultar".

Otra pata de la línea de acción diseñada por Rajoy, en connivencia de su número dos, es decir más alto todavía que "la dirección nacional ha decidido entablar las acciones judiciales pertinentes", de acuerdo con el asesoramiento jurídico de su equipo. "No vamos a consentir que se insinúe ningún comportamiento que pueda ser honorable, ni la transparencia del PP, ni la legalidad de nuestras cuentas", se enfatizó, si bien no se dijo hacia quiénes irá dirigida esa respuesta legal.

Una nueva campaña contra el PP

En todo lo ocurrido, la conclusión a la que llegó Rajoy es que, sin duda alguna, una campaña orquestada contra su persona. Cospedal no dio nombres, pero fue durísima: "Cuándo parece que estamos empezando a remontar, aparecen informaciones que sólo quieren perjudicar a quién está sacando el país adelante, es bastante sorprendente", dijo. No se quedó ahí: "Claro que el PP se siente atacado. Desde el momento que se publican informaciones que claramente lo único que quieren es perjudicar al partido. Atacados y perjudicados. ¿Por quién? No sé por quién, no lo puedo saber". Eso sí, "los primeros indignados somos el PP, indignados, indignados", aunque quiso dejar bien claro que la dirección "no ha aceptado, acepta ni aceptará ningún tipo de chantaje".

La cosa no acaba aquí, dicen saber. Es del propio Rajoy del que sale convocar el sábado de nuevo a los suyos. Los barones autonómicos están cada vez más preocupados y tensos. Aunque no se ha confirmado oficialmente, prácticamente todo el mundo da por hecho que, o hablará a micrófono abierto, o comparecerá ante los medios. Dos días más tarde tiene rueda de prensa, junto a Angela Merkel, en Berlín. Y en ese escenario, admiten, el presidente no puede acudir con una bomba de tales proporciones. 

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