El Partido Popular suelta lastre en una operación dirigida por la Secretaría General. Desde este lunes, Jesús Sepúlveda ya no tiene relación laboral alguna con Génova. El exmarido de la actual ministra de Sanidad empezó a cobrar un erario de la formación, en calidad de asesor, después de que su implicación en la trama Gürtel le obligara a dejar la alcaldía de Pozuelo.
Su contrato se mantuvo de forma discreta hasta la semana pasada, coincidiendo con las nuevas revelaciones de la Policía. Entonces, Carlos Floriano tuvo que dar la cara por alguien que ya de por sí no tenía ningún amigo dentro de la formación. “Nos ha parecido oportuno que había que obrar así”, afirmó María Dolores de Cospedal al anunciar que se deja de contar con sus servicios.
La número dos de los populares admitió que mantener a Sepúlveda suponía un misil en la línea de flotación de la “conducta ejemplar” que el PP quiere ofrecer. “Rectificar es de sabios, lo digo con toda la tranquilidad”, llega a decir. Según desveló, al exmarido de Ana Mato se le aplicará “la legislación vigente”, si bien no quiso utilizar la expresión “se le ha echado del PP”.
La decisión generó un enorme alivio en el PP. "Era algo más que necesario. Teníamos que recuperar la credibilidad, y así lo hacemos en parte. No podíamos pasar como un partido que le permite tener un despacho a Bárcenas y le pagaba todos los meses un dinero a Sepúlveda", resumía un miembro de los cuadros medios de la formación. "La gente no lo entendía, estaba escandalizada", admitían.
Un sentimiento de creciente indignación que también se instaló en el Comité de Dirección, que preside Cospedal. La número dos del PP nunca entendió que el PP readmitiera al otrora fuera un cargo en alza, y ha cortado por lo sano. "Evidentemente tiene su sello", corroboran fuentes consultadas por este diario.
Apoyo frío a Ana Mato
Por el contrario, la número dos sí salió en defensa de Mato. Y no era fácil, después de conocer por una encuesta que una inmensa mayoría de los votantes del PP reclaman su marcha. Pero Cospedal no sólo hizo oídos sordos a esa petición, alimentada por los rumores de crisis de Gobierno, sino que se parapetó en las palabras de Mariano Rajoy en Bruselas para reiterar su confianza en la ministra: "Yo creo que ha dado explicaciones. Me remito a lo que han dicho tanto la vicepresidenta como el presidente. A ello me remito y no tengo nada más que decir", dijo. Un apoyo, eso sí, muy gélido en las formas.