El Gobierno salió en defensa del Rey y la institución que representa. Fue un espaldarazo fuera de toda duda en aras de la "estabilidad política" y, a pesar, de la existente preocupación por la devaluación de la imagen que está sufriendo la Corona. De hecho, en privado ya se habla abiertamente de "un problema" que, en ocasiones, "no sabes por dónde te va a salir".
Sea como fuere, el mismo Ejecutivo que quiere ser recordado como el que llevó la transparencia a las instituciones justificó que la Casa de Su Majestad, dentro de su "autonomía", quede fuera de vigilancia. "El convenio que queremos ratificar no la señala como elemento sometido a la ley, como importantes casas reales tampoco", admitió la vicepresidenta.
De nuevo, la Corona se convirtió en centro de la discusión política. Y si en el Debate sobre el estado de la Nación el presidente quiso proteger al Rey desde la omisión, tras el Consejo de Ministros, Soraya Sáenz de Santamaría tuvo palabras de alabanza "a una tarea que, sin prejuicio de los avatares de la vida, ha sido y está siendo muy esforzada".
El Gobierno cree que si la Familia Real se pone hoy en cuarentena es, principalmente, por las derivadas de la crisis económica. Por eso, la portavoz fue incisiva a la hora de afirmar que don Juan Carlos ha sido referente de la estabilidad nacional. "Hay que reconocer el esfuerzo que lleva a cabo como árbitro y moderador de la instituciones, en la búsqueda de consensos para que a este país le vaya mejor", defendió.
La vicepresidenta llegó a decir que "le consta" ese espíritu de sacrificio del monarca. "Lo lleva acabo con empeño", recalcó, no sin recordar que ha participado junto a él en viajes y actos oficiales. En ese objetivo de generar estabilidad, el Gobierno descartó la posibilidad de una abdicación cercana acogiéndose a los términos de los portavoces de Zarzuela. Más aún, Sáenz de Santamaría rechazó la posibilidad de preparar una Ley de la Corona que desarrolle el título II de la Constitución, donde se prevé el abandono de un monarca.