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Rajoy, a sus barones: "Es imposible que la decisión guste a todo el mundo"

El presidente asegura que no quiere imponer su posición, pero ya advierte: es "imposible" que guste a todos.

El presidente asegura que no quiere imponer su posición, pero ya advierte: es "imposible" que guste a todos.
Rajoy, junto a Hollande en París | Diego Crespo

El presidente ha dado orden de negociar hasta la saciedad en aras de un acuerdo consensuado por todas las partes. Desde ya, en Hacienda se celebran reuniones formales con enviados de las comunidades autónomas, independientemente de su color político. Si bien, siendo realista, Mariano Rajoy reconoció por primera vez que "es imposible que a todo el mundo le vaya a gustar la decisión que se adopte".

Esto no quiere decir que el jefe del Ejecutivo pisotee su aura de hombre en busca del diálogo. Ni mucho menos. De hecho, recalca, su intención no es "imponer" su postura, aunque finalmente sea la que se tome, tras intentar contar con todos. "Siempre que se produce un debate sobre temas que afectan a la financiación, hay opiniones diferentes y no tienen que ver con las ideologías. Siempre se debate y se arrima el ascua a su sardina", adujo a modo de análisis general.

En la víspera, en una reunión con sus barones en Génova13, Rajoy se encontró con un partido divido en dos. Entre cumplidores y no cumplidores. Pero el presidente está decidido a aplicar un déficit a la carta para ayudar a aquellas comunidades que tienen más dificultades. Fue él mismo, en rueda de prensa junto a François Hollande, quién puso encima de la mesa el dato del 1,2%, pero no hay cifra cerrada ni a qué regiones afectará. Según Cataluña, su objetivo se podría acercar al 2%, aunque Rajoy niega tajante que haya negociado nada con Artur Mas.

Rajoy quiso no dramatizar e incluso esbozó una media sonrisa. Sin que se le preguntara, quiso apuntalar la idea en París de que, se tome la decisión que se tome, la senda de la reducción del déficit pública es irrenunciable.

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