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Rajoy se compromete en Santiago a un diagnóstico "acertado" y rápido de las causas

Anuncia, tras visitar el lugar de los hechos y a las víctimas, dos investigaciones: una judicial y otra de la comisión de accidentes ferroviarios.

Tres días de luto oficial en España. Mariano Rajoy vivió uno de los momentos más terribles desde que es presidente del Gobierno. Tras una noche prácticamente en vela, manteniendo contactos con personal clave de su gabinete y seguir "minuto a minuto" la tragedia, el presidente cogió un avión a las nueve de la mañana dirección Santiago de Compostela. Visitó el lugar de los hechos y acudió al hospital en el que fueron asistidas la mayoría de las víctimas.

En una declaración institucional en la sede del Gobierno regional, en cuyas puertas guardó un minuto de silencio, un Rajoy solemne reconoció que el "terrible" y "dramático" accidente "va a permanecer mucho tiempo en nuestras memorias". El jefe del Ejecutivo llegó a declarar que se trata del día del Apóstol "más triste" de su vida, en el que transmitió a los familiares y amigos de fallecidos y heridos que "no van a estar solos y la solidaridad les va a acompañar siempre".

Las investigaciones en marcha

El presidente también prometió la "mayor celeridad posible" en las dos investigaciones abiertas, una judicial y otra de la comisión de accidentes ferroviarios, que corresponde al ministerio de Fomento. Las últimas horas han sido frenéticas: primero, para descartar que se tratara de un atentado terrorista, y, a renglón seguido, para intentar esclarecer qué ha ocurrido y depurar responsabilidades. Rajoy se comprometió a un diagnóstico "acertado" para conocer "las causas del gravísimo accidente". De igual forma, pidió recuperar la normalidad en el tráfico ferroviario lo antes posible.

A su lado durante el duro periplo Alberto Núñez Feijóo, presidente regional, y Ana Pastor, ministra de Fomento. Los tres son gallegos. En su intervención, que no estuvo sujeta a preguntas, Rajoy quiso hacer un sentido agradecimiento a todas las personas que en las horas más dramáticas del suceso se pusieron a disposición de las víctimas. "Gracias a todos los funcionarios y empleados públicos, su comportamiento ha sido ejemplar", arrancó. Explicó que sanitarios que no tenían que trabajar acudieron a sus puestos de trabajo, también "mucha gente fue voluntariamente a ayudar y a llevar mantas" y durante la madrugada "hubo momentos de colas de más de 500 personas" para donar sangre.

Solidaridad, un país en vilo que sólo quería ayudar. Y por ello, el presidente dejó por momentos esa solemnidad para mostrarse más cercano, próximo: "Gracias a todos, ha sido muy reconfortante", dijo. Aplaudió la "generosidad" de todos, y aseguró que el Estado también va a hacer su trabajo. Sus últimas palabras fueron para las víctimas, precisamente para insistir en que intentará, como máximo responsable del Gobierno, estar a la altura de las circunstancias.

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