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Rajoy encabeza la delegación española y el príncipe será un "invitado"

Moncloa trata de restar importancia al papel secundario que tendrá el príncipe, que refuerza su agenda fuera de la cumbre.

Moncloa trata de restar importancia al papel secundario que tendrá el príncipe, que refuerza su agenda fuera de la cumbre.
El Príncipe Felipe, junto a la viceministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Mayra Arosemena | Efe

Sin duda, el Rey se convirtió en el protagonista de la última Cumbre Iberoamericana, celebrada en Cádiz. Su anuncio de que tenía que pasar "por el taller" vino precedido de un particular vía crucis en el que el monarca, dolorido, daba muestras de fatiga y dificultades para andar -finalmente, utilizó una silla de ruedas- ante la alarma de los presentes. Un año después, será su hijo quien capte las miradas del foro, pero con algunos matices que han de ser resaltados.

La presencia del heredero en Ciudad de Panamá ha sido estudiada al detalle. Aunque Moncloa trata de restar importancia a los cálculos realizados, se ha puesto especial hincapié en resaltar que don Felipe acude como "invitado" siendo el presidente quien presida la delegación española. Esto es, el jefe del Estado sigue siendo don Juan Carlos y sus funciones no han sido delegadas en el príncipe.

Este hecho impedirá al príncipe asistir a las jornadas de trabajo de la cumbre; estará en la inauguración y en la cena de gala, al igual que otras personalidades que no son jefes de Estado y de Gobierno. Para reforzar su presencia y notoriedad, mantendrá una intensa agenda paralela: desde su participación en un encuentro empresarial a la inauguración de la sede del Parlamento Lationamericano o el VI congreso internacional de la lengua española.

El papel de la mujer de Rajoy

Don Felipe se hará así un hueco al margen de la cumbre, mientras que su padre se hará notar con un vídeo en el que saludará a los asistentes y pronunciará unas breves palabras. Su papel de "invitado" también quedará patente en el hecho de que viaja sin doña Letizia mientras que Elvira Fernández, la mujer de Rajoy, estará en la cumbre en calidad de "primera dama" y con agenda propia.

El Gobierno trata de restar importancia a los cambios -es la primera vez que el Rey no asiste a esta cumbre- y, en absoluto, está dispuesto a abrir el debate de la sucesión. Un portavoz autorizado recalcó que "los tiempos" los marca el Rey, al que Moncloa apoyará y defenderá públicamente siempre que sea necesario. Además, recuerdan que don Felipe ya estuvo en Cádiz y ocupó un segundo plano.

Delegación cargada de empresarios

Para dar imagen de normalidad, Rajoy y el ministro del ramo, José Manuel García Margallo, se desplazaron a Zarzuela el lunes para despachar con padre e hijo y abordar las cuestiones clave de una cumbre de la que, en principio, no saldrán grandes titulares. Para la delegación española, lo primordial es vender la imagen de un país que ya ha salido de la recesión y empieza a mostrar síntomas de recuperación. Y, para ello, una veintena de empresarios patrios -varios pertenecientes al IBEX- estará en Panamá, participarán activamente y tendrán actos paralelos.

Se trata de exportar la imagen de una España en positivo, y así lo transmitirá Rajoy tanto en su intervención como en los posibles encuentros bilaterales que celebre, aunque de momento no hay nada cerrado salvo un despacho con los candidatos a las elecciones del país anfitrión.

En la declaración final, se abordará la decadencia de este foro en los últimos años. En concreto, se busca renovar el formato de las citas -se celebrará cada dos años a partir de 2014- y la estructura de la Secretaría General Iberoamericana, que deja Enrique Iglesias, para adaptarse "al nuevo contexto mundial". Además, España busca reducir su aportación económica: actualmente aporta el 60% del coste de la Secretaría seguida por Portugal (un 10%).

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