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El Gobierno mantiene contactos frecuentes con Duran pero es pesimista

La vicepresidenta, clave en ese diálogo, trató de calmar a los empresarios: "Se puede hablar de muchos temas" pero dentro de la Constitución.

La vicepresidenta, clave en ese diálogo, trató de calmar a los empresarios: "Se puede hablar de muchos temas" pero dentro de la Constitución.
Sáenz de Santamaría y Duran conversan en el Congreso | EFE

Miércoles 23 de octubre, Barcelona. Mariano Rajoy llegó, habló y se marchó raudo a Madrid. Sólo tuvo un frío apretón de manos con Artur Mas, que no se quedó a escuchar el discurso del presidente. En la prensa se leía que la relación estaba peor que nunca y las comunicaciones prácticamente rotas. No pasa ni una semana, y parece que algo se mueve. Al menos, dicen en el Ejecutivo, los del otro lado recogen el guante "del diálogo".

No es que hace escasos días todo estuviera perdido y ahora esté encaminado y se adivine una solución. Ni mucho menos. Para bien o para mal, el Gobierno ya reconoce una "crisis política" en Cataluña y augura que va para largo. Por ello, buscan discreción para entablar un diálogo que perdure y no se rompa a golpe de titular.

El papel de la vicepresidenta es clave en este giro. Con Duran Lleida, a quien el Gobierno le otorga un papel de moderado, mantiene contactos frecuentes para tratar de desatascar la situación. Su relación es "incluso de amistad", según las fuentes consultadas. El jefe del Ejecutivo también le ve como hombre puente y mantuvo con él un despacho discreto en fechas recientes.

Soraya Sáenz de Santamaría dio un paso más este fin de semana y propició una charla informal con Artur Mas. El encuentro se produjo en la en la boda del hijo del presidente de Planeta -José Manuel Lara- y la hija del director de Indra en Cataluña –Manuel Brufau-, según avanzó La Razón y confirmó este diario. La vicepresidenta fue quién se acercó a la mesa donde estaba el líder catalán.

"Debemos albergar cierta esperanza de que el Estado entienda que no es una cuestión que afecta solo a Cataluña. Algo, aunque muy poquito, se mueve. No es que muestre muy optimista, pero algo se mueve", en opinión de Duran, de nuevo en boca de todos. El PSOE también juega su papel: Alfredo Pérez Rubalcaba se reunió en secreto con Rajoy e, inmediatamente después, se vio con Mas en Barcelona. Según el presidente, en lo básico, el líder de la oposición piensa lo mismo que él.

Al más alto nivel, se retomó el tono conciliador y el llamamiento al diálogo. "Hago una llamada a todo el mundo a la sensatez, a saber que se puede hablar de muchos temas", destacó Sáenz de Santamaría. Si bien, el latiguillo a continuación siempre es el mismo: "Pero hay otros temas que corresponden al conjunto de los ciudadanos, que tienen una Constitución que es el marco de concordia que hay que mantener".

Moncloa asegura que está donde siempre y que sólo ha favorecido el diálogo "institucional", como es su deber. Pero, abierta esa puerta, el pesimismo sigue cundiendo en los círculos de poder. Prevén una crisis larga y constatan que, a pesar de las buenas palabras de Duran, Mas sigue con su hoja de ruta para la secesión. "Hay que evitar las tensiones políticas y es una tarea colectiva de todos trabajar por la estabilidad", defendió Sáenz de Santamaría.

Los empresarios muestran su preocupación

La vicepresidenta pudo comprobar de primera mano la preocupación que despierta Cataluña. En Jerez, los empresarios le preguntaron si consideraba que la tensión política pone en peligro la recuperación económica. Ella respondió que existen dos elementos que hay que equilibrar: "El irrenunciable cumplimiento de las leyes y el diálogo en ese marco, en el que todos estamos llamados a actuar y a entendernos".

Mientras, en el Congreso, el PP también recuperaba el discurso positivista. "Nosotros nunca hemos dado por roto ningún diálogo. Es importante dialogar sobre los problemas de los catalanes y nosotros estamos abiertos a dialogar de todo", declaró Alfonso Alonso, muy próximo a la vicepresidenta. "No hay más línea roja que la Constitución", recordó.

Fue Alonso, con fluida interlocución con el Ejecutivo, el que más aplaudió el papel mediador de Duran. "Valoramos que tenga la intención de favorecer los diálogos, yo lo valoro", destacó. "Al parlamento venimos a hablar", continuó Alonso, que incluso habló de "posición sensata" del nacionalista. No todos en el grupo piensan igual: "Volvemos a lo mismo de siempre. Duran es un camaleón". Algunos en el Ejecutivo tampoco creen que Duran sea de fiar.

En todo caso, Alonso apostilló que "tiene una papeleta difícil con los suyos", en relación al Gobierno catalán. "La dificultad no la tiene con nosotros", precisó. Y, en este sentido, pidió formalmente a CiU que se aleje de ERC y regrese a una posición más moderada.

El Gobierno se aferra a esta nueva vía de diálogo aunque se dice consciente de que la situación está enquistada. "Es muy difícil que Mas se aparte de sus postulados, no ha dado muestras en ningún momento de corregir nada", exponen en privado. En el gabinete está extendida la teoría de tendrá que ser el Tribunal Constitucional el que pare la consulta. Dicen en Moncloa que Rajoy no será "el presidente con el que España se rompa" pero que, hasta el final, tratará de reconducir la relación por la vía del diálogo. No se confirma ni se desmiente que se pudiera estar trabajando por un nuevo despacho en secreto con Mas.

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