Mariano Rajoy intentó demostrar que no todas las víctimas recelan de su hoja de ruta contra ETA. Y para ello subió al estrado Manuel Giménez Abad, hijo del presidente del PP de Aragón asesinado por la banda terrorista en 2001. La derogación de la doctrina Parot "es insufrible y muy dolorosa" pero "el Gobierno acata la sentencia y yo, humildemente, estoy de acuerdo", afirmó, en un claro gesto de apoyo al Gobierno.
García Abad puso en pie al auditorio por varios minutos y Rajoy se acercó a él al término de su discurso para abrazarle. La lucha contra ETA "no es sólo una cuestión emocional o ideológica sino de pragmatismo", dijo en otro momento de su intervención en la convención nacional del PP, en línea con el discurso que los populares vascos quiere ahora ofrecer.
En el homenaje de la convención no estuvieron todas las víctimas. La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza -que fue invitada por Jorge Fernández Díaz a última hora, el jueves por la tarde-, no asistió porque participaba en otro acto de recuerdo en Ciudad Real. "Hechos y no palabras", reclamó en conversación con este diario, si bien agradeció cualquier acto en el que se ensalce la memoria de las víctimas.
La fractura entre el Ejecutivo y el colectivo es un hecho, pero el PP quiso poner encima de la mesa que no todos recelan. "Está bien que no siempre hablen los mismos", deslizaron fuentes de los populares vascos. Mientras García Abad tomaba la palabra, las cámaras enfocaban a Arantza Quiroga, rodeada por Marimar Blanco y Pilar Elías; ésta última viuda de Ramón Baglietto.
En el vídeo-homenaje que se proyectó también participó -además de los citados- Carmen, quien fuera mujer de Jesús María Pedrosa. En total, cuatro víctimas participaron en el vídeo, en el que no se refirieron a la política antiterrorista y se centraron en el recuerdo de quienes fueron vilmente asesinados. "Pierdes todo y tienes que empezar de cero con dos niños pequeños, pero que tienen que salir adelante", relata Elías.
En los pasillos, Teresa Jiménez Becerril, eurodiputada del PP y habitual en actos del partido, no se pronunció sobre la estrategia del Gobierno, pero sí pidió "responsabilidad" y unidad a las víctimas: "Creo que todos los asesinados, secuestrados, heridos y amenazados por ETA merecen mucho más por su enorme sacrificio que dedicarnos a alimentar esta división entre víctimas. Yo no voy a hacerlo, fundamentalmente porque no me siento alejada de ninguna de ellas".
Arenas elogia a Quiroga
El PP recordó a todas las víctimas, también a las de otras formaciones políticas y miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. "Lo que nunca vais a perder es nuestro respeto, nuestro apoyo y nuestro cariño, porque la memoria reside en el corazón", se escucha en el vídeo, en el que se pueden ver imágenes de José María Aznar y Jaime Mayor Oreja entre otros muchos cargos.
En paralelo, la dirección volvió a escenificar su pleno respaldo a Quiroga, convertida en una de las grandes protagonistas de la convención. Javier Arenas, histórico del PP y hombre de confianza de Rajoy, fue el más explícito: "Estuvimos con San Gil, estuvimos con Mayor Oreja" y "de la misma forma ahora estamos contigo, con todas las consecuencias". Unas palabras que, de inmediato, provocaron el aplauso del auditorio.
Aguirre: "ETA no ha sido derrotada"
La réplica al discurso oficial la dio Esperanza Aguirre, y de forma muy clara: "ETA no ha sido derrotada, aunque gentes del PP digan que sí", declaró, rechazando la tesis tanto del PP vasco como del propio ministro del Interior. "ETA sigue viva, está en las instituciones", recordó, no sin pedir a su formación que no olvide sus principios.
A medio camino entre Quiroga y Aguirre se pronunció Esteban González Pons, encargado de dar paso al homenaje de víctimas. "ETA está vencida pero aún no derrotada. No se ha disuelto, no ha entregado las armas, no ha pedido perdón y no ha ayudado a resolver los más de 300 crímenes que faltan por esclarecer. ETA ahora no mata, pero ni se arrepiente ni termina de renunciar", aseveró en un discurso muy aplaudido por la militancia.
González Pons reclamó que la historia no la escriban quienes han estado al lado de los terroristas: "Los mismos que esperaban recoger las nueces del árbol que golpeaba ETA, ahora quieren escribir una historia de paz basada en el olvido, en el disimulo de lo que pasó. Buscan que los terroristas puedan ganar por la propaganda lo que no pudieron ganar con las bombas y las pistolas, con tantas vidas rotas". Y aún exclamó: "No lo vamos a consentir".