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El Gobierno espera que termine el "calvario" con la declaración de la infanta

Oficialmente, se muestra el respeto a la justicia. Pero hay mucha cocina. Gobierno y Zarzuela han ido de la mano todos estos meses.

El Gobierno estará muy pendiente a todo lo que ocurra este sábado en Palma. El gabinete, en coincidencia con la Zarzuela, espera que la declaración de la infanta Cristina sea un punto de inflexión que acelere el fin del "calvario" y que permita a la institución tomar impulso y remontar en las encuestas.

El propio Mariano Rajoy no dudó en poner la mano en el fuego por la hija del rey: "Estoy absolutamente convencido de su inocencia", dijo cuando ya se sabía de su segunda imputación. Y aún añadió, generando una enorme polémica: "Estoy absolutamente convencido de que las cosas le irán bien". Esto es, el Gobierno interpreta que, tras la declaración de la infanta, el juez José Castro no tendrá otra opción que de dar carpetazo al asunto.

En relación a doña Cristina, el presidente siempre se ha puesto del lado del rey. "Es persona" y, por lo tanto, "le duelen" las cosas que le pasan a sus hijos, expuso sobre don Juan Carlos en una entrevista en Antena3. En los primeros compases del calvario, pero ya con informaciones muy comprometedoras para la infanta, altos representantes del Estado deslizaban que sobre Iñaki Urdangarín caería todo el peso de la ley -de hecho, algunos no dudan de que acabará en la cárcel- pero que el caso de la infanta era distinta.

Este diario fue el primero que advirtió que el objetivo del Gobierno no es otro que "salvar" a doña Cristina. Cuando el magistrado volvió a imputarla, antes del cambio de estrategia, la Fiscalía y la Abogacía del Estado ya estaban pensando en el recurso por "coherencia". De hecho, el fiscal ha sido muy duro contra Castro y ha puesto su modo de actuar en entredicho en varias ocasiones.

Los contactos entre el Gobierno y la Zarzuela han sido y son continuos. Cuando se tomó la decisión de que la infanta declarara, se cruzaron muchas llamadas y se llegó a la conclusión de que es el propio Castro el único que puede poner fin a la pesadilla de la hija menor del monarca. Aunque vaya "por libre", interpretan fuentes del Ejecutivo, el juez "sabe que se está guiando por conjeturas".

La operación de Moncloa para recuperar la imagen de la Corona pasa, irremediablemente, porque la infanta declare sin sobresaltos y el juez dé marcha atrás. A partir de ahí, tienen claro que no hay recuperación posible para la infanta. Al menos, como representante de la institución. "Está quemada mediáticamente. Lleva estándolo mucho tiempo, aunque al final se demuestre que no hizo nada", reconocen en el Ejecutivo y el PP. "Ya no es parte del núcleo duro", recuerdan, y ponen como ejemplo que es el único miembro de la familia real que no recibe asignación económica alguna, a diferencia de doña Elena.

En paralelo, el Gobierno confía en la recuperación médica de don Juan Carlos -el miércoles, ante el cuerpo diplomático, demostró que está visiblemente mejor aunque siga usando las muletas- y que pronto pueda recuperar una agenda pública e internacional más activa y vuelva a hacer "de embajador, que es lo que mejor se le da". Desde Moncloa también apuestan porque el Heredero siga aumentando su presencia pública: "Sin duda, don Felipe es el mejor activo", admiten, y recuerdan una y otra vez su discurso en la candidatura de los fallidos Juegos Olímpicos de Madrid o su saber estar -a pesar de las limitaciones- en la reciente cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá.

Otro cantar es Urdangarín. Para él, desde el principio, siempre hubo desprecio oficial y no pocos han apuntado que terminará en prisión. Doña Cristina, de momento, sí cuenta con la confianza del presidente. En Antena3 también le preguntaron si se plantea que pueda renunciar a sus derechos dinásticos: "No", contestó seco.

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