El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez "se está apagando lentamente", ha afirmado este sábado el doctor Pedro Guillén, de la Clínica Cemtro de Madrid, en la que está ingresado desde ayer en estado crítico.
Tras visitar a Suárez, Guillén ha dicho a los medios de comunicación que "ésta es la pura realidad" y que el expresidente, que se encuentra acompañado por su familia, respira solo, en ningún momento ha estado intubado y "está bien dentro de lo mal que está".
El desenlace puede llegar "en 42 o 72 horas"
Sus cuatro hijos y su nuera Isabel, casada con su primogénito, le acompañan al pie de la cama en la que se encuentra ingresado en estado crítico en la clínica Cemtro de Madrid, según ha relatado el periodista José María García, amigo de la familia. A su salida del centro sanitario, García ha asegurado a los medios de comunicación que "el desenlace" puede llegar "en 42 o 72 horas", porque como decía ayer su hijo "está en manos de Dios".
"La noticia es que desgraciada o felizmente que no hay noticia. Que se sigue debilitando paulatinamente", ha destacado el periodista, quien ha añadido que "cada hora que pasa es una hora menos que le queda de vida". García ha preferido no entrar en la habitación de Adolfo Suárez porque prefiere quedarse "con el recuerdo" del expresidente antes de su enfermedad.
El estado de salud del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez se mantenía sin novedad a primera hora de la mañana. El portavoz de la familia, Fermín Urbiola, declaró poco antes de las tres de la madrugada a los medios de comunicación congregados ante el centro hospitalario que la situación está tranquila, y agradeció a título personal la atención y la cobertura periodística.
Entre las últimas visitas recibidas por el expresidente del Gobierno y la familia figuran la del cardenal Antonio Cañizares o la del torero Juan José Padilla, amigo íntimo de la familia.
Numerosos medios de comunicación permanecen fuera del hospital a la espera de recibir noticias, después de que el hijo del primer presidente de la democracia tras la dictadura franquista, Adolfo Suárez Illana, anunciara que el desenlace era "inminente".