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De Carreras: "CiU lleva desde los 70 inoculando el independentismo sin pausa"

El catedrático catalán augura "poco futuro político a Mas" y ha citado los instrumentos del nacionalismo: lengua, victimismo y manipulación.

El catedrático catalán augura "poco futuro político a Mas" y ha citado los instrumentos del nacionalismo: lengua, victimismo y manipulación.
Francesc de Carreras. | D.A.

El catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras opina que el presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, tiene "poco futuro político", pues, "o se convierte en el Bolívar de Cataluña", algo improbable, o "tendrá que reconocer su fracaso y los perjuicios ocasionados a todos".

De Carreras, en una entrevista con Efe tras el rechazo del Congreso a la proposición de ley del Parlamento catalán para facilitar la celebración de la consulta independentista, apunta que Mas hace todo lo posible para pasar a la historia como un "mártir de comedia".

Autor del libro Paciencia e independencia. La agenda oculta del nacionalismo (Ariel) y uno de los promotores de Ciudadanos, De Carreras sostiene que Convergencia i Unió tiene una "calculada hoja de ruta" desde los años 70 para "inocular el independentismo poco a poco, sin prisa pero sin pausa".

Los instrumentos para llegar a esa meta son, para De Carreras, "la lengua, el victimismo frente a España, la manipulación de la historia, el desprecio por el derecho y el control de los medios de comunicación y la sociedad civil".

Este victimismo, dice, "no tiene ninguna razón", porque Cataluña "tiene una autonomía amplísima, el catalán es utilizado en la mayoría de las instituciones y, en fiscalidad, está en la franja media". Por eso, afirma de manera tajante que "no hay por dónde coger que España haya hecho daño a los catalanes", como plantearon en el Congreso de los Diputados los parlamentarios catalanes impulsores de la consulta.

Para De Carreras, estas intervenciones de Jordi Turull (CiU), Marta Rovira (ERC) y Joan Herrera (ICV), fueron "de un nivel muy bajo" porque, asegura, "no aportaron razones jurídicas" en defensa de la legalidad de la consulta. Sí le gustaron los discursos del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, porque ambos coincidieron en utilizar un "tono firme, razonable y nada agresivo" y sonaron "absolutamente sinceros".

El catedrático valora que al menos este debate haya servido para centrar la atención política en el problema catalán, pues acusa al Gobierno de dejar "huérfanos" a quienes, como él, "creen que el independentismo lleva a una catástrofe".

El Gobierno, del que "echa de menos más aportaciones", debería propiciar "estudios independientes" sobre la cuestión catalana, que podrían realizar -sugiere- académicos extranjeros porque, ante todo, es un problema que "no hay que callar".

Se trata de que el Gobierno reconozca que el pulso separatista tiene que "plantearse, superarse y arreglarse", algo que no es imposible porque, recuerda, "todo estado de derecho tiene salidas aceptables para dar cauce a aspiraciones democráticas".

De Carreras se muestra convencido de que, si existiera una gran mayoría en Cataluña que quiere la consulta "cosa que no se sabe con seguridad", encontrará la forma de materializarla. Pero no se podrá llegar a un acuerdo "si Cataluña decide que tiene la soberanía", algo que rechazó el Tribunal Constitucional, advierte el catedrático.

Ante las posibles salidas al conflicto, sugiere que el Gobierno se ocupe del tema territorial y de representación democrática que existe en España, un país que, para De Carreras, "es ya un Estado federal", aunque se puede perfeccionar.

La solución que estima más beneficiosa es la misma que apunta la sentencia del Tribunal Constitucional, que abre la vía para encontrar una solución política que dé encaje constitucional a la consulta. "Si se les explica esto a los catalanes, una enorme mayoría diría que es la vía acertada", asegura.

De esta manera, De Carreras cree que quedaría fuera del debate la "inflexibilidad" de una parte de los catalanes que apuestan por la independencia unilateral, una opción que no tiene "ni encaje jurídico ni salida a nivel internacional". Apunta que si no se siguen las normas, habrá sanciones, "al igual que le ha ocurrido al Barça", recuerda, porque "el derecho se tiene que respetar".

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