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Aznar arropa a Cañete, se excusa con VOX y deja mensajes a Rajoy

El expresidente regresó a "principios de los años 80" para explicar su papel en el PP. Su "compromiso" sigue vivo, pero llama a la integración.

José María Aznar se reivindicó como pocas veces antes. Dejó claro que él es pieza clave del Partido Popular y que no se piensa mover. Que, desde luego, le han hecho daño algunas acusaciones y silencios de esa dirección nacida en el congreso de Valencia de 2008 -y con la que cada vez tiene una interlocución menor-, pero que no tiene intención en dar el salto ni apoyar a ninguna otra formación política.

No fueron más de quince minutos. Pero quienes opinaban que iba a protagonizar una intervención al uso e insulsa se equivocaron. A diferencia de lo ocurrido en la presentación del segundo volumen de sus memorias, el Gobierno y Génova estuvieron presentes al más alto nivel. Solo faltó Mariano Rajoy, su sucesor, con el que apenas mantiene más contacto que el obligado por las formas.

Por primera vez, Aznar no participará en la campaña electoral; no se subirá a un mitin. El PP no le invitó y él cerró su agenda internacional, muy intensa estos días. Con el lío interno en todos los medios, se buscó una solución intermedia: la presentación de Miguel Arias Cañete en el Foro ABC, a pocas horas de la tradicional pegada de carteles. Y el poder político, tras algunas dudas, no se perdió la foto.

La instantánea fue preparada al detalle. En una escalinata no utilizada habitualmente, Aznar y Cañete fueron rodeados de Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y otros altos cargos del Ejecutivo y el PP. "Hoy toca aparentar", decía entre risas, y tras sortear una auténtica nube de periodistas, uno de los invitados.

Las razones de Aznar

Pero, en esta ocasión, más importante que la foto fue el mensaje. Aznar dio tres razones para modificar su agenda -adelantó un vuelo desde Texas- y estar en el Casino de Madrid. "Me encuentro aquí por mi amistad hacia Miguel Arias, por el compromiso con mi partido y porque soy un europeísta sincero y acreditado", afirmó ante una presencia de periodistas masiva.

Vaya por delante que no se quedó callado ante los desplantes que, en su opinión, ha sufrido por parte del propio PP. Y ya de primeras recalcó que hacía su diagnóstico "como militante cualificado, como se me ha calificado recientemente, a lo que uno a mi cargo de presidente de honor". Se refería a las palabras de Rafael Hernando, portavoz adjunto en el Congreso, que no dudó en rebajar la importancia de Aznar en la formación en el último pulso mantenido con la dirección.

Llama a la integración

Entró en faena echando la vista atrás: "cuando unos jóvenes unidos por el compromiso por España pusimos en marcha una alternativa de centro-derecha". Esto es, él es el PP y que no se le olvide nadie. Y allí estaba Arias Cañete: "juntos superamos pruebas de unidad" e hicimos "un partido fuerte e integrador".

A su juicio, ése es uno de sus principales legados: la integración. Y en este sentido hizo a los suyos un aviso claro a navegantes: "El PP es un monumento a la utilidad política de la integración, aprendida de la historia política. Lo demás siempre acaba mal". Si algo alarma a Aznar -también a su mujer Ana Botella, como así dijo en su día- es que Rajoy no haya tenido la cintura política necesaria para evitar la marcha de dirigentes o que se hayan creado formaciones próximas ideológicamente a su partido. El expresidente citó a Jaime Mayor Oreja, que ha desaparecido a ojos de la dirección nacional, y elogió su hoja de ruta.

En todo caso, prosiguió, su compromiso con el PP es "político y biográfico". Según sus palabras, nunca pedirá el voto para otra formación, como Vox. Puso un ejemplo muy gráfico: "Si Miguel fuera candidato de otro partido yo no estaría haciendo una presentación como ésta y estoy seguro de que él lo entendería", dijo. A pesar de la "amistad", que mantendrían. "Pero afortunadamente es del PP", sentenció.

El riesgo de la abstención

Por último, Aznar hizo un análisis de situación. "Existe riesgo cierto de desafección y abstención", destacó. "Son elecciones importantes y es necesario que se trabaje a fondo para que se ganen activos", insistió llamando a la movilización.

Por supuesto, reclamó que el impulso reformista no decaiga -FAES siempre ha exigido una bajada de impuestos lo antes posible- y ahondó sobre el "grave riesgo" que supone un Parlamento europeo fracturado. Sobre este asunto, recetó liderazgo "frente a un populismo que está ya en estado insurreccional". "Podemos cambiar ese rumbo porque estamos a tiempo y Miguel es la persona indicada", remató.

Cañete: "La Historia le dará su sitio"

En teoría, Cañete era el protagonista y Aznar le presentaba. Pero solo en el papel, y el candidato no dudó en ajustarse a las circunstancias y, tras declararse emocionado por los elogios del que fuera su jefe, no dudó en defenderle: "El PP no se entienden sin José María Aznar" y "lo demás es mucho ruido y nada más que ruido", aseguró, recibiendo el aplauso de los asistentes.

"La Historia le dará su sitio, se lo va a reconocer", apuntó ante la batería de preguntas de los periodistas sobre esta cuestión. "Es un hombre muy deseado en los grandes ciclos de pensamiento político", recalcó, sobre su ausencia en la campaña. En principio, a Aznar ya no se le verá más de aquí a las urnas. Aunque, para la dirección nacional, la foto del Casino -reproducida pocos minutos después de hacerse por todos los medios de comunicación- es suficiente para evitar la ruptura y mantener el difícil equilibrio con la Fundación FAES.

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