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Cañete y Valenciano olvidan Europa y se perdonan la corrupción

Mucha herencia, pero sin citar a Bárcenas o los ERE. Cañete pidió el voto "porque España se está recuperando". Valenciano sólo ve recortes.

Los candidatos ofrecieron dos fotografías antagónicas de la situación de España. Para Miguel Arias Cañete, algo encorsetado al principio, el país "se está recuperando" y "no podemos permitirnos desperdiciar ni una sola oportunidad". Según Elena Valenciano, que no paró de interrumpir, "hay que girar a la izquierda" para "recuperar los derechos que estamos perdiendo". El y tú más se convirtió en el protagonista -sin tocar la corrupción, eso sí- y la UE en la gran olvidada.

Ni rastro de las recetas económicas en clave comunitaria. La discusión sobre la herencia recibida ocupó la mayor parte del cara a cara. Valenciano llegó a sacar pecho de que José Luis Rodríguez Zapatero evitó "dos rescates". "De tanto recortar, recortan la verdad", le espetó a Cañete, no sin sacar a colación la "amnistía" fiscal". Mientras, el popular, con gráfico en mano, puso cifras al legado del PSOE, e insistió: "España era un enfermo que estaba prácticamente en la UVI", pero la cosa está cambiado "a pesar de la escasa colaboración" del principal partido de la oposición.

Valenciano y el aborto

En el segundo bloque, Políticas Sociales, Arias Cañete abrió el turno con el argumento de que "la mejor política social es la que se basa en el empleo" y echándole en cara a Valenciano que "el PSOE cometió el mayor atentado contra el estado de bienestar" al destruir tres millones y medio de empleos, congelar las pensiones o eliminar las deducciones como el cheque bebé. Y siguió con los datos: el Ejecutivo, dijo, destina actualmente 60 euros de cada 100 a políticas sociales.

Con constantes interrupciones de su contrincante socialista, Cañete aseveró que "siempre que gobiernan los socialistas dejan la Seguridad Social en quiebra". Rechistó Valenciano: "¿Pero cómo puede decir eso? Les dejamos 80.000 millones". Si bien, el mensaje central de la candidata socialista llegó al referirse al aborto y a la libertad de las mujeres. "Yo soy madre. Es lo mejor que he hecho en mi vida, señor Cañete, es lo que más me importa pero porque lo he decidido libremente. Solo hay una persona que pueda decidirlo libremente: ella, las mujeres", afirmó.

La remolacha, el aceite y el vino

Con las políticas sectoriales se vio a un Cañete más seguro, en su salsa. Ya no leía. "Cada vez que han negociado han perdido la remolacha, el aceite y el vino", resumió. "Toda España está pescando mucho más", atizó a la dirigente socialista. Valenciano solo pudo reaccionar enseñando una carta según la cual el exministro felicitaba al PSOE por la negociación llevada a cabo sobre agricultura en las instituciones comunitarias.

El rifirrafe sobre el aborto y la libertad de las mujeres continuó en el cuarto bloque, el de Derechos y Libertades, a voluntad del candidato del PP. Cañete comenzó preguntando a Valenciano "de qué está hablando si no hay ningún proyecto de ley". Ante las risas de Valenciano, Cañete le pidió: "No se ponga usted nerviosa", y justificó que la ley vaya a modificarse para que las jóvenes menos de 16 años "que necesitan autorización de sus padres para hacerse un piercing o lo que sea, no puedan" ejercer el derecho a abortar sin ella.

Volvió a la carga la candidata del PSOE: "Mire, ustedes han tenido siempre una relación muy difícil con la libertad, ¡y no le digo con la libertad de los demás!". Valenciano tiró de hemeroteca para retratar a Cañete con una frase: "Al regadío hay que utilizarlo como a las mujeres". Pero el aludido se quejó de la utilización "torticera" de su contrincante. "Quieren meter a los ginecólogos en la cárcel y sacan a los narcotraficantes a la calle ¿no ve como tienen una relación muy difícil con la libertad de los demás?", espetó la socialista.

Ni rastro de Bárcenas ni los ERE

En el último bloque, destinado a abordar la importancia de la UE para el futuro de los españoles, los candidatos se enzarzaron sobre qué Gobierno ha sido más influyente en el mundo. Valenciano elogió a Felipe González y a Zapatero ya que, a su juicio, la única "aportación" de José María Aznar fue la guerra de Irak. "Zapatero fue irrelevante", le corrigió Cañete, que salvó a González. Y, por supuesto, siguieron a vueltas con la herencia, en esta ocasión con respecto a las cifras de déficit público. "Estaba en sus comunidades", según Valenciano. "No fueron capaces de controlarlo", lamentó su contrincante.

Para terminar, tampoco hubo acuerdo sobre inmigración. De "lamentable" calificó la socialista la gestión del Gobierno en Ceuta y Melilla. Cañete se acordó de la Guardia Civil -la institución mejor valorada, refrescó- al tiempo que lamentó que no se haya alcanzado un pacto de estado en esta materia, "aunque nosotros se lo hemos ofrecido".

Hecho el debate de sordos, ambos pidieron el voto. "Por una Europa con rostro humano", ofreció como titular Valenciano. "Estamos volviendo a crecer y no sería razonable desaprovechar esta ocasión", fue el argumento de Cañete. Visto que la política nacional lo ocupó todo, llamó la atención que no se escuchara el nombre de Luis Bárcenas -la candidata socialista mentó de pasada las cuentas en Suiza- ni tampoco saliera a relucir el escándalo de los ERE fraudulentos; dos temas, por cierto, en todas las portadas este jueves.

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