La extrema izquierda, los separatistas y ETA han sido, sin lugar a dudas, los grandes vencedores de estos comicios europeos. El crecimiento de las formaciones de extrema izquierda, capitaneadas por IU y el fulgurante nacimiento del partido de Pablo Iglesias, Podemos, resulta espectacular a la luz de los resultados que el mismo nicho de votos obtuvo en las pasadas europeas.
Ahora, las formaciones más a la izquierda del espectro político y los proetarras aglutinan más de 4 millones de votos, casi el 26% del electorado, frente a los 1,3 millones de votos obtenidos en los comicios de 2009 (8,28% de los votos).
Partiendo de estos resultados, alimenta la victoria de estas formaciones la fuerte caída de apoyos de los dos grandes partidos. Ambos pierden más de 2,5 millones de votos. Entre los dos, se dejan por el camino 31,84 puntos. Los votos cosechados por los dos grandes partidos que soportan el sistema político en España han pasado de representar más del 80% del electorado a no llegar a un 50%.
Los partidos de extrema izquierda, en cambio, han ganado más de 2,7 millones de votos, un 17,68% del espectro electoral, pasando de 1,3 millones de votos en 2009 a los 4 millones de sufragios en 2014.
Por otro lado, los partidos que proponen la reforma del sistema pero con diferentes proyectos, como UPyD, Ciudadanos o Vox suman el 11,25% de los votos (1.756.037 votos entre las tres formaciones). Curiosamente, se trata casi del mismo porcentaje que obtienen los partidos que quieren romper con España (CEU + Esquerra + LPD), un 11,5% de los votos.
