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El Gobierno no prevé cambios y se reafirma en su estrategia tras el 25-M

La vicepresidenta augura que habrá "mejores cosas" que comunicar a partir de ahora. En Génova ven un problema de coordinación.

La vicepresidenta augura que habrá "mejores cosas" que comunicar a partir de ahora. En Génova ven un problema de coordinación.

El Gobierno cree que está haciendo bien las cosas, y va a continuar con la hoja de ruta marcada. Su lectura de las elecciones europeas no es tan pesimista como en algunos círculos populares. Opinan que, tras una legislatura muy dura en la que se han tomado medidas impopulares, el partido en el poder fue la primera opción política y no hay muchos ejemplos más a los que acudir en la Unión Europea. "Hay que explicarse, pero sobre todo continuar sacando al país de la crisis", ofreció como resumen Soraya Sáenz de Santamaría.

En la Moncloa entienden que ése es el mandato que recibieron de los españoles: sacar a España del agujero y recuperar los niveles de bienestar. Y aseguran, con indicadores económicos independientes en la mano, que lo están consiguiendo. Por ello, algunas fuentes no entienden que, el martes, la dirección nacional del PP implicara al gabinete gubernamental en el anunciado "plan de acción" para tratar de recuperar la confianza ciudadana como "si estuviéramos haciendo las cosas mal".

Impulso reformista

Así, la vicepresidenta dejó bien claro que la estrategia está fijada desde hace tiempo, y que no hay visos de cambios. El objetivo, repitió en varias ocasiones, es "asentar la recuperación". Y de ahí que en los meses de junio y julio se aprobarán algunas de las medidas "más importantes" de la legislatura, entre las que se encuentran la reforma fiscal, la ley de unidad de mercado o el anteproyecto del Código Mercantil, que este viernes recibió luz verde por parte del Consejo de Ministros.

"Lo que tiene que hacer el Gobierno es legislar. Nos hemos enfrentado a la peor crisis de la Historia y hemos evitado un rescate. Y lo que tiene que hacer el partido es ayudarnos, y no al contrario", según el análisis de un ministro, que añadía en conversación informal: "con sus palabras, Cospedal daba la impresión de que en el Ejecutivo no estamos haciendo las cosas bien, ¿eso es ayudar?". Mientras, desde Bruselas, Mariano Rajoy negaba que en su ánimo estuviera ejecutar una crisis del gabinete.

Rechazan problemas de comunicación

En Moncloa incluso rechazan que haya problemas graves de comunicación. La vicepresidenta ha dado más de 150 ruedas de prensa al término del Consejo de Ministros; no ha faltado a ninguna. Y qué duda cabe que no se ha quemado políticamente ni tan siquiera en los momentos más difíciles. Ahora, se estudia si es necesario que el presidente y los ministros se codeen más en los medios, pero opinan que el Gobierno -al menos los viernes- lanza bien el mensaje.

En los próximos meses habrá "mejores cosas" que comunicar, recalcó Sáenz de Santamaría. Esto es, la recuperación se irá afianzando y los ciudadanos empezarán a notarlo de una forma más clara. Y se reivindicó: "muchos españoles han entendido" la acción del Gobierno y "ahora hay que seguir trabajando". “Hay un trabajo hecho que dentro y fuera de España se pone en valor”, insistió la número dos de Rajoy.

El lunes, ante el Comité Ejecutivo, el presidente habló de un "plan" en el partido y otro en el Gobierno "para ver qué hacemos". Si bien, en Moncloa recalcan que ese plan no es otro que el paquete de reformas ya en marcha. Mientras, en Génova reconocen que falla la "coordinación" con Presidencia del Gobierno y “ésa es la clave”. A partir de ahí, todo va mal, según un veterano, que recurre a la recurrente frase de “esto con Aznar no pasaba”. Desde el Congreso, en el Grupo Popular se han lamentado no pocas veces de que desconocían las reformas que se iban a aprobar hasta el último momento.

Independientemente de en qué tejado esté la pelota, los líderes autonómicos -que serán los próximos en enfrentarse a unas elecciones- exigen una reflexión seria y que, más allá del capítulo económico, se haga más "política" para recuperar al votante habitual. Así se pronunciaron Ignacio González, Alberto Fabra o Alberto Núñez Feijóo, el único en sacar a colación el tema de la corrupción. Sobre el mapa de las baronías del PP a nivel regional y local, fuentes al más alto nivel deslizaron la posibilidad de cambios tras las vacaciones de verano.

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