El presidente de la Generalidad, Artur Mas, protagonizará este martes el que seguramente sea el viaje "institucional" a otro continente más breve de la historia, puesto que sólo estará tres horas en Carolina del Norte, donde presidirá la inauguración de una planta de fraccionamiento de plasma de la multinacional farmacéutica Grífols (cuyo máximo accionista es el empresario favorable al proceso separatista con más peso económico). Allí se reunirá con el gobernador y con el presidente del Senado de ese Estado, Patrick McCrory y Phil Berger, respectivamente y según la agenda de Mas.
En un primer momento, el presidente de la Generalidad amagó con no acudir a la proclamación de Felipe VI con la excusa de este viaje que decía programado desde hace meses. La actitud de Mas provocó una seria crisis en el seno de CiU y que Duran aireara su malestar con la estrategia de "desconexión" respecto a la monarquía.
La intensidad de las críticas y la posibilidad de escenificar alguna clase de gesto airado en el acto institucional propiciaron la rectificación de Mas que, sin embargo, no ha querido renunciar a la inauguración de una nueva planta industrial de su amigo Víctor Grífols -el empresario que le dijo "siga adelante, no se arrugue, president"- en la ciudad de Clayton, unas instalaciones en las el millonario catalán ha invertido casi trescientos millones de euros.
Más tiempo en los Estados Unidos, varios días, pasarán los componentes del amplio séquito con el que se desplaza Mas. A los consejeros de Economía, Andreu Mas-Colell, de Empresa y Ocupación, Felip Puig, y Agricultura, Josep Maria Pelegrí, se suma una comitiva en la que estarán representadas 27 empresas del sector de la telefonía móvil y las aplicaciones informáticas y diez empresas del sector turístico, más el secretario de Asuntos Exteriores de la Generalidad, Roger Albinyana, y el delegado del Gobierno de la Generalidad en los Estados Unidos, Andrew Davis.
Tan amplia caravana rendirá también visita al Estado de California, pero para entonces Mas ya estará de vuelta a España con el objetivo de llegar a tiempo a la proclamación. Habrá sumado un tiempo de estancia real en suelo estadounidense de tres horas, salvo que algún inoportuno retraso en el tráfico aéreo prolongue involuntariamente su estancia.