El presidente notó, y de que forma, la ausencia de Alfredo Pérez Rubalcaba en la última sesión de control antes de las vacaciones. Sus últimos rifirrafes parlamentarios se caracterizaron por ser de guante blanco y estar centrados en cuestiones exclusivamente económicas. Pero, con el escaño vacío del aún líder de la oposición, fue Soraya Rodríguez quién interpeló a Mariano Rajoy, y saltaron las chispas.
La portavoz socialista rememoró lo que ocurría en España hace justo un año: toda la actualidad giraba alrededor de Luis Bárcenas, el extesorero del PP, y el jefe del Ejecutivo se veía en la obligación de comparecer de forma extraordinaria en las Cortes para dar su versión de los hechos ante las acusaciones de financiación ilegal. "Su credibilidad estaba en cuarentena", destacó. De nuevo, en voz de Rodríguez, se volvieron a escuchar referencias sobre el "plasma", la "caja b" y los "sms de Bárcenas".
A Rajoy no le gustó en absoluto este giro. "Comparecí hace un año" y "no debieron ser muy inteligentes porque no convencieron a nadie", le espetó a la dirigente socialista. No se quedó a ahí: "unos damos la cara y otros no se atreven y se esconden", sentenció, en relación a la trama de los ERE. La corrupción, tras largos meses, llegaba de forma estruendosa a la sede de la soberanía nacional.
El presidente también se revolvió ante el ‘no’ rotundo de Rodríguez a una posible reforma de la ley electoral. Ni tan siquiera parece dispuesta a abrir un debate en este sentido. "La propuesta de que el alcalde sea la persona más votada es irreprochablemente democrática y creíamos que podía salir adelante porque lo llevaban -el PSOE- en su programa electoral", destacó, recibiendo el aplauso de su bancada. "No sé a qué viene esta historia", llegó a afirmar.
"Yo he intentado hacer algunas propuestas" mientras "ustedes están en otras historias, allá ustedes", concluyó Rajoy. Mientras, Rodríguez se despidió con un aviso: "espero que no se atrevan ustedes a reformar la ley sólo con los votos del PP. Eso no es refenereación, eso es miedo a perder el sillón, incluido el sillón de Génova13 pagado con dinero de la caja B".
Debate sobre Cataluña
Previamente, el presidente reiteraba que su posición "es la de siempre" con respecto a la amenza de secesión. Pese a que el debate previo a la sesión de control estaba centrado en el último Consejo Europeo, Duran Lleida sacó a colación el órdago y le echó en cara que, a su juicio, no quiera sentarse a negociar con Artur Mas. "Siempre ha tenido abiertas las puertas de la Moncloa, mañana si quiere" pero "mi posición es la misma", replicó Rajoy.
En la Moncloa se quejan de que el Gobierno catalán "miente" cuando dicen que han pedido formalmente un despacho. "Es no es cierto", insisten. Aunque recalcan que la cita formaría parte de la agenda pública -esto es, no sería un despacho discreto- y que, en todo caso, Rajoy no se va a mover de su tesis. "Si tiene usted otra propuesta dígamela, pero esta no es forma de dialogar", le advirtió el presidente a Duran.