Algunos empresarios están haciendo su agosto con el proceso independentista de Artur Mas, Oriol Junqueras y la "Assemblea Nacional Catalana". La venta de banderas independentistas ha supuesto una fuente nada desdeñable de ingresos para las tiendas regentadas por ciudadanos chinos, que han monopolizado el mercado de las "estelades". Existen zapatillas deportivas con la "senyera" y la estrella, bandera que también se conoce como la "cubana", por su semejanza y orígenes. Hay bañadores, toda clase de camisetas, camisas, toallas, sábanas, lencería, así como vajillas, tazas, cubiertos y manteles.
La telefonía y la electrónica también se han visto inundadas por fundas y archiperres relacionados con el independentismo. Como en el caso de los clubes de fútbol, todo lo que se pueda "personalizar" con los símbolos del proceso separatista es sometido al proceso de catalanización para su posterior puesta a la venta.
El ardor nacionalista garantiza el éxito de todos estos productos al tiempo que contribuyen a la difusión del mensaje y al adoctrinamiento social. El grado de politización es tal que hasta la ropa infantil ha sido objeto de la inclusión de símbolos independentistas.
Lo último ha sido el tabaco. La irrupción en el mercado de cajetillas de cigarrillos con la estelada ha sido acogida con frialdad, según los estanqueros. Algunos fumadores han comprado alguna, más como fetiche que para fumar, comentan los estanqueros, que subrayan la fidelidad de los adictos al tabaco a sus marcas o a las promociones de marcas reconocibles.