Jordi Pujol recibió un espaldarazo inesperado desde Sevilla. "Nunca he creído que sea un corrupto", afirmó Felipe González en un desayuno informativo en la capital hispalense. En su opinión, la intención de Pujol fue la de proteger a sus hijos aunque "eso no le quita la extrema gravedad al asunto y ya veremos su desarrollo". Una operación "de cobertura hacia los que tiene debajo", según sus palabras.
rnrnTambién negó que haya existido un pacto entre el Ejecutivo y la Generalidad para que desde Madrid se mirara "para otro lado" a cambio de que Pujol garantizara la estabilidad.
rnrnEn este contexto, González pidió distinguir entre quienes son corruptos y los que no porque, en su opinión, "lo que no es tolerable es meter la mano". "Si un líder se ha enriquecido y aprovechado con el ejercicio de la función, estamos ante un corrupto. Pero estamos tratando a todos por igual y eso va a degradar enormemente la convivencia", opinó, según recoge la agencia EP.
rnrnEl expresidente desveló que medió entre Mariano Rajoy y Artur Mas para que se vieran antes de las vacaciones de verano, como finalmente ocurrió. "No sé si tuve alguna influencia en eso, me parece que sí", recalcó.
rnrnEl "exito" de Rajoy
rnrnAdemás, González manifestó que no le importaría "nada" que el Gobierno de Mariano Rajoy tuviera "éxito" porque ello repercutiría en la realidad española. González expresó su preocupación por la alta tasa de paro española, apuntando que no solo es un drama personal, sino un claro síntoma de que una economía no se puede recuperar ni puede pagar el cien por cien la deuda. Añadió que si no crecemos a una tasa superior al 2,5 por ciento, tenemos que seguir deprimiendo la demanda y recortando gastos.
rnrnEl expresidente expresó su asombro por la visión "optimista y eufórica" del Gobierno central, hablando incluso de "raíces" y alertó de una nueva "amenaza de recesión". "Quiero que el Gobierno tenga éxito", llegó a afirmar González.
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