No ha sido el anuncio de que el Gobierno aplicará el artículo 155 de la Constitución, pero el efecto ha sido el mismo. Los grupos nacionalistas salieron en tromba para cargar contra el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, por no descartar la aplicación de tal artículo en un desayuno informativo.
"La suspensión de la autonomía, sí... y el envío de tanques también, ¿no?", ironizó el portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, quien, algo molesto, denunció que "lo preocupante es que no quieran abrir las puertas a la democracia".
También molesto, pero algo menos, reaccionó el portavoz de ERC, Alfred Bosch, para quien "eso es intransigencia y fanatismo" porque "lo que no les gusta lo suspenden y censuran como si fuera un libro". Bosch pidió por ello a Margallo "un poco de sensatez al ministro Margallo, que deje de hacer el incendiario y que le ponga un poco de inteligencia como han hecho en Escocia donde lo están solucionando a través de las urnas".
Desde el PSOE, su nuevo portavoz Antonio Hernando, respondió a la pregunta de Libertad Digital, en la misma línea de exigencia al titular de Exteriores: "Mire yo creo que en estos momentos los ciudadanos lo que piden a sus gobernantes es serenidad y sentido común. Y no parece lo más adecuado que el jefe de la diplomacia eche más leña al fuego".
Una línea muy parecida a la mantenida por el representante de ICV, del grupo de la Izquierda Plural, Joan Coscubiela, quien tildó de "brabuconadas" las palabras del ministro y añadió que "lo que hace falta es mucho diálogo y mucha prudencia. Todo lo que sean declaraciones de tipo amenazadoras no ayudan en absoluto".