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La caída de Francisco Granados: de ser prácticamente todo a la nada

El hombre que lo fue casi todo en el PP de Madrid ha sido detenido este lunes. Ya había dejado la política anteriormente.

Pocas trayectorias políticas ejemplifican una caída desde los cielos mejor que la de Francisco Granados: lo fue prácticamente todo en el PP de Madrid y ahora la sospecha de la corrupción e incluso la detención han caído sobre él.

Durante varios años Francisco Granados fue uno de los políticos más influyentes de la Comunidad de Madrid, justo por debajo de Esperanza Aguirre, que lo había nombrado consejero de Presidencia y portavoz, era una de las dos personas más cercanas a la presidenta y compartía con Ignacio González la mayor parte del poder en la región.

De hecho, muchos lo consideraban el sucesor natural de Aguirre, especialmente cuando el futuro de González pareció ligado a Caja Madrid. Sin embargo, en junio del 2011 la presidenta lo destituyó de forma fulminante y sin demasiadas explicaciones: simplemente adujo que había perdido su confianza.

En el partido se comentó que Granados se había alineado con la dirección nacional del PP en las batallas internas y traicionando, por tanto, a Esperanza Aguirre. Ese sería el primer escalón de su caída. El siguiente se daría cinco meses después cuando también fue relevado de la secretaría general del PP de Madrid. Desde ese momento su papel en el partido quedó prácticamente en nada y Granados se convirtió en un diputado raso en la Asamblea Regional y un apestado –o al menos apartado- a nivel interno.

El segundo episodio del final político de Granados se produjo a principios de año, cuando El Mundo publicó que tenía una cuenta en Suiza con una cantidad importante de dinero. La reacción de Aguirre fue rápida, pidiéndole explicaciones de inmediato, y Granados anunció poco después que renunciaba a sus cargos como diputado regional y senador, a pesar de que seguía defendiendo que el dinero lo había ganado antes de entrar en política.

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