Hasta la bandera la sala principal del Hotel Villamagna de Madrid para recibir a Susana Díaz. Presentes todos los que son alguien o quieren serlo en el partido socialista, salvo el secretario general, Pedro Sánchez, quien se encuentra en el debate del último Consejo Europeo en el Congreso de los Diputados.
En medio de los rumores de distanciamiento y frialdad entre ambos, la presidenta que le aupó como líder del PSOE y el propio líder del PSOE, y propiciado por ella misma cuando dejó caer en una entrevista que no compartía "la estrategia" del equipo de Sánchez tras su intervención en el programa Sálvame de Telecinco, la baronesa Susana Díaz negó este martes ese distanciamiento.
"Ni lo tutelaba antes ni me distancio ahora", dijo entre risas la presidenta en el turno de preguntas en el que negó también la frialdad. "La frialdad no es una de mis características" apostillo.
Sin embargo, si bien pidió "ser sensatos" porque el actual secretario general del PSOE "lleva tres meses", añadió que "como presidenta andaluza, no voy a renunciar a decir que no comparto todas las decisiones y él lo sabe". Errores de Sánchez a los que se refirió en materia de "comunicación". "No es algo que haya pasado desapercibido", zanjó Díaz.
No obstante, la presidenta señaló que estas diferencias entre ambos "no son incompatibles con el apoyo y la entrega" al líder del PSOE. "Le tengo cariño, lo voy a apoyar, es un momento difícil para mi partido. Voy a ayudar de mi secretario general".