Mariano Rajoy rechazó que tenga que dar réplica a las acusaciones del que fuera su tesorero y hombre de confianza cada vez que tome la palabra. "Yo ya me niego a debatir con el señor Bárcenas cuando tenga a bien hacer una declaración", afirmó en una entrevista en Telecinco. Si bien, a la pregunta concreta de si conocía la presunta contabilidad paralela o recibió dinero negro -como Luis Bárcenas asegura-, replicó de forma seca: "Ni la conocía ni lo he recibido".
Era la primera vez que el jefe del Ejecutivo se refería a las denuncias reiteradas por el extesorero a su salida de prisión. "Hemos dado ya muchas explicaciones", recalcó, pese a que dijo entender que "la gente nos exija" pulcritud en la forma de actuar. E insistió, repreguntado por la presunta caja B, que "ni yo ni los dirigentes del partido que yo conozco tenían conocimiento de eso".
Así, en la segunda respuesta, Rajoy también puso la mano en el fuego por la dirección de su partido. De hecho, dio a entender que si alguien tenía otra contabilidad al margen de la ley ese era Bárcenas, que -a diferencia de lo ocurrido en la reciente convención nacional- mentó un par de veces. "En España quien la hace la paga. Estamos tomando medidas para prevenir situaciones que todos rechazamos".
En este sentido, el presidente opinó que "estaremos vacunados" contra la corrupción en formaciones políticas durante un largo tiempo. Así se pronunció al ser interrogado por el caso Pujol, del que exclamó que es "una noticia triste" sin entrar en mayores valoraciones. "Las instituciones judiciales y policiales en corrupción están actuando con más libertad que nunca. No debe haber impunidad", fue lo más que aseguró, y lo hizo en términos generales.
Defensa del sistema
Por otro lado, la defensa del bipartidismo volvió a ser cerrada: "Los partidos tradicionales son los que han hecho grande a Europa (…) funcionan muy bien", proclamó Rajoy, situando al otro lado a "caudillos, partidos radicales y extremistas".
Aunque no quiso entrar en un cara a cara con Pablo Iglesias, Rajoy alertó de forma muy clara contra el populismo. "Ahora somos el país que más crecimiento económico estamos teniendo (…) la labor de denuncia es muy fácil, es muy fácil criticar y decir que mal va todo", argumentó, para replicar que lo que él está intentando es sacar a España de la crisis.
Nada quiso decir sobre el encuentro que José Luis Rodríguez Zapatero tuvo con Iglesias: "Tienen perfecto derecho a hacer la reunión, pero yo no estaba", esquivó con una sonrisa. Entrando en "los líos internos" del PSOE, sí quiso dejar claro que su interlocutor sigue siendo Pedro Sánchez con independencia de las pretensiones que tenga Susana Díaz. Eso sí, censuró el adelanto electoral en Andalucía: "Se podía gobernar, no tiene ningún sentido".