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Rajoy hará anuncios, defenderá el sistema y no quiere hacer sangre con Sánchez

Presentará un balance positivo: España respira hoy económicamente, no ha habido secesión de Cataluña y se puede mirar al futuro con optimismo.

Presentará un balance positivo: España respira hoy económicamente, no ha habido secesión de Cataluña y se puede mirar al futuro con optimismo.

Mariano Rajoy se presentará en el último Debate sobre el estado de la Nación de la legislatura como el presidente que logró que España no cayera al precipicio y revirtió su aterradora situación económica. Su gran logro, según dice, es haber evitado el rescate total y restaurado la "credibilidad y confianza" perdidas. Pero también hará anuncios "potentes", por ejemplo en materia de empleo o emprendedores, y avanzará la agenda social del Ejecutivo.

El presidente, según las fuentes consultadas, se preguntará cómo estaba España cuando llegó a la Moncloa y cuál es el balance que ofrece a meses de convocar las elecciones generales. También recordará "lo que prometimos y finalmente hemos cumplido" y dará detalles sobre las venideras bajadas de impuestos. "Hemos recuperado la capacidad de financiación a costes razonables y atractivo para los inversores, lo que nos sitúa entre los principales receptores de inversión extranjera de todo el mundo", se lee en la comunicación del Gobierno a las Cortes de cara al gran debate parlamentario. También se referirá a Grecia.

El empleo será la gran prioridad antes de los comicios, que prevén para diciembre. En 2014, se crearon 400.000 puestos de trabajo y, en palabras de Rajoy, llegarán a ser un millón en 2015. Pero el Gobierno "no se quedará de brazos cruzados" y prepara nuevos proyectos para reducir el paro -en especial el juvenil-, y así lo hará saber el presidente. "Se trabajará hasta el final", en palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, para que la recuperación se note también en los hogares.

Rajoy se reivindicará, pero no sólo económicamente. De sus palabras se desprenderá que el proyecto que hoy encarna es el único que sujeta con firmeza el sistema vigente. "Nuestro marco constitucional ha sido referencia de solidez y continuidad en tiempos de incertidumbre, y ha permitido al mismo tiempo afrontar con dinamismo el proyecto reformista más ambicioso de nuestra historia reciente", destaca la Moncloa. Y el jefe del Gobierno alertará sobre todo aquello que no sea el PP. "No tiremos las cosas por la borda", proclama cada vez que participa en un acto de partido. "No podemos volver a las recetas que generaron la mayor crisis económica ni a las ideas que fueron definitivamente liquidas cuando cayó el muro de Berlín", pronunció recientemente poniendo al mismo nivel a PSOE y Podemos. También se referirá a Grecia.

La economía será el eje primordial de su discurso, con la estabilidad institucional como máxima irrenunciable. Pero el presidente también abordará otras cuestiones clave. Dará cifras sobre la reforma de las administraciones públicas -esta misma semana, Rajoy cifró en 20.000 millones el ahorro en 2014 de la administración electrónica-, pondrá encima de la mesa su hoja de ruta contra la corrupción -"Aprobamos el mayor programa anticorrupción de toda la democracia", se lee en la comunicación oficial de Moncloa- y se dará un "mensaje claro" ante la intentona separatista de Artur Mas.

En el capítulo catalán, Rajoy también cree que lo ha hecho lo mejor posible. "España no se romperá conmigo de presidente", prometió en su día. Y, en la sede de la soberanía nacional, reiterará la igualdad de todos los españoles, que las leyes están para cumplirse y defenderá el vigente sistema de las autonomías. Según precisó él mismo en su última intervención en el Senado, no se da el contexto para reformar la Constitución en lo que queda de legislatura: "No me opongo a hacer un cambio" pero "en este momento no lo veo oportuno".

Cara a Cara con Sánchez

Será una primera intervención en la que hará una radiografía de situación. "España está mejor que cuando llegamos al Gobierno pero hay que perseverar", destacará a modo de resumen. Y, ya en un segundo acto parlamentario, llegará el cara a cara con Pedro Sánchez, que se estrena en el gran debate. Según las fuentes consultadas, Rajoy no ha cambiado su forma de prepararse el rifirrafe. Los ministerios le han hecho tarjetas con los distintos temas y, en la Moncloa, se está reuniendo con su núcleo duro: Sáenz de Santamaría, Jorge Moragas y Pedro Arriola, entre otros.

La sensación generalizada en el Gobierno y el Grupo Popular es que, con Sánchez, Rajoy lo tiene más fácil que nunca; no se destila preocupación alguna ante la cita parlamentaria más importante del año. Más al contrario, se da por descontado que se va a ganar y el presidente será más o menos severo con el líder de la oposición dependiendo del tono de éste. "Todo depende de Sánchez, pero no quiere sangre. Entiende que no le viene bien a ninguno de los dos", se informa desde el entorno presidencial.

De hecho, algunos cargos consultados deslizan que se evitará la fotografía de un Sánchez tocado de muerte en el pleno. "Hay que ganar pero no arrasar", en voz de un destacado del partido, que rememora que algo parecido pasó ya con Alfredo Pérez Rubalcaba. Rajoy, que se muestra tranquilo, ya avisó recientemente al líder de la oposición de que "no va a llegar al Gobierno de España". "Pobre Sánchez", es el recurrente comentario de no pocos cargos del PP.

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