Durante varios días, las banderas españolas que ondeaban en los edificios militares de Barcelona eran significativamente más pequeñas, hecho que no pasó desapercibido para el multiblog Dolça Catalunya, un medio digital tan pequeño como incisivo, que el pasado martes 10 afirmaba en su página que "a los catalanes nos agrada ver nuestros símbolos, especialmente si están perseguidos: la senyera de siempre (no la inventada cubana) y la senyera de todos, la rojigualda. Y por eso nos entristece que incluso en edificios militares la bandera de todos ondee minúscula, vergonzante y triste. Como en la Residencia de Oficiales de la Diagonal de Barcelona. ¿Tendrá algo que ver con el cierre del cuartel del Bruch que nos quieren imponer los nacionalistas?".
La observación del medio, que no dispone ni de publicidad ni de subvenciones, provocó una cierta polémica entre la oficialidad y el personal militar en Cataluña hasta el punto de que el teniente general e inspector jefe del Ejercito de Tierra, Ricardo Álvarez Espejo decidió ordenar a la Oficina de Comunicación de la Inspección General del Ejército que emitiera un comunicado, reacción que no se produjo cuando el teniente general Álvarez Espejo participó en una cena con el fiscal jefe en Cataluña y diversos dirigentes políticos.
En esta ocasión, el Ejército ha decidido reaccionar con gran celeridad y con un nota en la que se justifica la reducción del tamaño de las banderas en las instalaciones militares de la Ciudad Condal. Dice así: "En relación con el artículo que han publicado en su página web, hoy día 10 de marzo, relacionado con el tamaño de la Bandera española que ondea en la Residencia Militar de Pedralbes, desde la Oficina de Comunicación de la Inspección General del Ejército, les informamos que la actual reglamentación sobre el uso de Banderas en las instalaciones militares obliga a reducir el tamaño de éstas en los días ventosos, para preservar tanto la propia bandera como el mástil que la sujeta".
"El mismo reglamento -continúa el comunicado- se aplica en los edificios de la fachada marítima de Barcelona, el Palacio de Capitanía y el de Gobierno Militar, así como en el Cuartel de El Bruch. En cualquiera de los edificios antes mencionados, cualquier día de menos viento se puede observar que el tamaño de las Banderas es el habitual".
A la espera de que amaine el viento, las banderas separatistas y las "senyeras" no han variado de tamaño. Tampoco la famosa bandera de España en la plaza de Colón de Madrid, cuya superficie es de doscientos metros cuadrados. El viento de la meseta no ha impedido que la bandera ondeara con normalidad.