De forma discreta, la implicación de Javier Arenas en la campaña electoral de Juan Manuel Moreno ha sido total. Pueblo a pueblo, provincia por provincia, como ha hecho siempre. En total, 20.800 kilómetros. Una caravana paralela, que en ocasiones no se ha visto mucho en los medios de comunicación, pero con la que ha podido palpar el ambiente. "Todo está muy abierto", destacan desde el entorno de Arenas, que ha vuelto a ponerse el mono de campaña pese a estar ahora en el segundo cinturón de la política andaluza.
Arenas forma parte de la lista del PP por Almería, aunque cedió la primera posición. En esta provincia ha estado en Sorbas, Pechina, Viator, Alhama, Adra, La Mojonera, Garrucha, cuatro veces en Roquetas de Mar, ocho en la capital, dos en El Ejido, en Gádor, Nijar, Félix y Vícar.
Pero no sólo ha estado en su tierra electoral. Pisó Cádiz para estar en Chiclana de la Frontera y en Córdoba para pedir el voto en Cañete de las Torres, Bujalance y cuatro veces en la capital. En Huelva, se desplazó a Ayamonte y Punta Umbría y en Málaga –donde tiene gran predicamento- estuvo en Torremolinos.
También se ha pateado, y mucho, la provincia de Sevilla: Gines, Camas, Estepa, Osuna, Bollullos de la Mitación, Palomares del Río, Los Palacios, Mairena del Alcor, dos veces en Carmona, también dos veces en Dos Hermanas -feudo socialista que se le resiste al PP-, hasta cinco veces en Sevilla capital, en La Algaba y Burguillos.
Cuando era candidato, Arenas consiguió trasladar la idea de que tenía vínculos con todas las provincias de Andalucía. "Yo soy de aquí", solía repetir. Algo que le ha ayudado ahora para repetir su campaña pueblo a pueblo aunque no sea el cabeza de cartel.