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Susana Díaz aspira a "coser y contar" con las nuevas fuerzas

La candidata socialista saca pecho de "una victoria sin precedentes en Europa" de que "un gobierno socialista revalide tras 33 años".

Estaba prácticamente cerrado el escrutinio y la euforia se desataba en el cuartel general del PSOE en Sevilla donde los dirigentes del PSOE andaluz comenzaban a dejarse caer por la sala de prensa para vender su mercancía: "Le hemos dado una paliza a Podemos, ¡les sacamos 20 puntos!". Pese a las apuestas de 50 escaños, destilaban alegría al calificar de "¡magnífico!" un resultado de 47 escaños. Y añadían dos reflexiones de fondo. La primera: "mantenemos el resultado de Griñán hace tres años en un momento de inestabilidad política brutal". Y la segunda: que "Ciudadanos es la verdadera fuerza emergente, a muy poca distancia de Podemos".

Euforia que manifestó públicamente la victoriosa Susana Díaz en su posterior comparecencia ante los medios. "Andalucía ha hablado y los andaluces han decidido tomar su voz. ¡El PSOE ha vuelto a ganar las elecciones en Andalucía después de tres años en que no fuimos el partido más votado!", proclamó entre vítores de varias decenas de militantes del PSOE.

Una "victoria histórica e indiscutible" porque, añadió, "hay pocos antecedentes en Europa de que un partido socialista revalide de manera democrática después de 33 años en el Gobierno". E histórica también porque "¡por primera vez una mujer gana las elecciones en Andalucía!".

Evitó pronunciarse por el abierto escenario de pactos que se abre ahora en el parlamento andaluz, pero sí se refirió "a las nuevas fuerzas que se incorporan y que abren una nueva etapa" en un Parlamento de Andalucía "que se convierte en el fiel reflejo de Andalucía que nos representa a todos con nuestros matices"; que espera que "este nuevo tiempo sea nuevo y mejor para todos en nuestra tierra"; y que, como próxima presidenta de la Junta aspira "a unir a todos los andaluces. Aspiro al diálogo, a coser, a unir, y a contar con todos y con todas porque es lo que quieren los andaluces para que se abran los mejores años".

Comparecencia sin preguntas en la que decenas de militantes le coreaban en la zona de prensa. "¡Susana presidenta! ¡Susana presidenta!" y "¡Ahora a por la alcaldía!", eran los gritos más coreados junto a vítores, abrazos y emoción de los socialistas que habían contenido previamente sus nervios durante el escrutinio.

Susana se la juega... y gana

"Si Susana gana por mayoría absoluta, mañana nos vamos todos a Madrid como Paco Martínez Soria, con la maleta bajo el brazo". Así resumía un dirigente regional del PSOE a Libertad Digital la lectura interna de estas elecciones autonómicas, con una transcendencia mucho mayor que la de unos comicios autonómicos.

Susana Díaz se la jugaba. Primero, porque fue la presidenta quien justificó el adelanto electoral en clave de "inestabilidad institucional de la Junta", y el resultado de este domingo no arroja mayor estabilidad, por el empuje de Podemos y Ciudadanos y la caída de IU. Y segundo, por los siete meses de rencillas internas que la baronesa socialista ha protagonizado con Pedro Sánchez, con cuestionamientos constantes de su liderazgo como secretario general y dejando caer la idea, a través de sus voces susanistas en Madrid, de que ella misma podría dar un paso adelante en las primarias de julio frente a Pedro Sánchez.

Pero el juego ha terminado y ha ganado. Con una pírrica victoria que permite un escenario abierto, pero que no hace desaparecer las expectativas nacionales de una presidenta andaluza cuya prioridad ahora será formar gobierno. El escenario ha sido mucho mejor del esperado: que el PSOE fuera la fuerza más votada, pero que "Susana Díaz perdería la voz de autoridad frente a Pedro Sánchez", en palabras de un miembro de la dirección federal del PSOE a LD.

El alivio inicial de la dirección tras las encuestas a pie de urna se tornaba en el reconocimiento posterior de que "los resultados son muy buenos en un escenario de cambio" porque el PSOE no cambia: se mantiene en los 47 escaños pese a la irrupción de Podemos.

Es por tanto una amarga victoria para Pedro Sánchez, el primer éxito del PSOE bajo su mandato, pero ni es la pírrica victoria que esperaba de su posible rival en julio, ni le elimina de la carrera por el liderazgo del PSOE.

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