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Rajoy dice que el PP funciona "muy bien" y mantendrá todo como está

Feijóo, Monago, Rudi o Aguirre acuden a la llamada de Rajoy, pero son escépticos sobre su discurso. Pedirá "máxima unidad" ante los comicios de mayo.

Feijóo, Monago, Rudi o Aguirre acuden a la llamada de Rajoy, pero son escépticos sobre su discurso. Pedirá "máxima unidad" ante los comicios de mayo.

Mariano Rajoy, al menos públicamente, se muestra inalterable. No habrá cambios ni en la hoja de ruta ni en la dirección nacional, tal y como avanzó este diario. "El Gobierno y el partido están funcionando muy bien. Estoy satisfecho de cómo están funcionando las cosas", zanjó en vísperas de la reunión este martes del máximo órgano entre congresos, en el que el presidente logrará una foto de unidad con bastantes de sus barones -como los habitualmente ausentes Alberto Núñez Feijóo o José Antonio Monago- de cara a los comicios de mayo.

El partido llega a la Junta Directiva Nacional -que llevaba más de dos años sin convocarse y cita a cientos de cargos de sus principales estructuras- en un estado de convulsión inédito en años, que tuvo como eclosión la hecatombe electoral en Andalucía y la ausencia inicial de autocrítica por parte del líder. Primero fueron los barones autonómicos y locales, distanciándose de Rajoy y acusándole de no hacer un diagnóstico real de situación. Y, a renglón seguido, llegaron los puñales entre los entornos de María Dolores de Cospedal, por un lado, y Soraya Sáenz de Santamaría y Javier Arenas, por otro.

La brecha entre estos actores clave del PP era ya muy palpable internamente, pero nunca antes se había hecho tan explícita públicamente. En plena Semana Santa, ante las "intoxicaciones" en los medios de comunicación -principalmente en El País, que en la Secretaría General vinculan a la vicepresidenta-, dos portavoces de Cospedal apuntaron a quienes "perdieron las elecciones en Andalucía" como intrigantes y desestabilizadores. Y en la Moncloa no disimularon en privado su enfado, que hicieron llegar a las respectivas partes. "Prietas filas porque nos lo jugamos todo", fue el comentario más repetido ante el espectáculo ofrecido.

Ante la Junta Directiva, Rajoy pedirá "el máximo esfuerzo y la máxima unidad" para tratar salvar las elecciones de mayo, en las que el PP se juega su enorme poderío local y autonómico. "Tiempo muerto", en voz de un asesor del presidente, ya que ni las dudas de los barones han quedado disipadas ni "Soraya y Cospedal se han convertido en amigas de repente". De hecho, prácticamente nadie descarta nuevos movimientos inmediatamente después del 24M si las cosas vienen mal dadas. Pero ahora no es el momento, en voz de los propios candidatos, que esperan un golpe de autoridad de Rajoy. Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes rechazaron que exista una guerra soterrada en el partido.

Sin cambios en el discurso

Lo que reclaman los barones es desde más autocrítica y proximidad con la gente a reformular la estrategia contra Ciudadanos y no rehuir ningún debate ideológico, como afirmó públicamente Aguirre. Pero Rajoy, aún reconociéndoles que ha fallado la comunicación y se ha descuidado el perfil político, insistirá en que la llave de la victoria está en la economía. Y ahí están los históricos datos de paro y de la Seguridad Social del mes de marzo, preámbulo de los de abril, o la previsión al alza en el crecimiento económico de la nación.

"Lo mejor es hablar de las cosas que importan al conjunto de los españoles", avisó a los suyos en su quinta entrevista en lo que va de año, en esta ocasión en RNE, desarrollada instantes después de conocerse los datos de paro. Rajoy trató de reconducir el debate y poner el foco en la recuperación. "Entrar en discusiones de partido no aporta nada, no es la gran preocupación del presidente, que es el empleo", resumió por si cupieran dudas.

Así, el presidente mantiene sus máximas. Y saca pecho de ello, en tanto en cuanto puntualiza que cambiar la política económica sería lo peor que podría ocurrirle a España. Eso sí, aclarando que su intención es bajar los impuestos, como queda recogido en la primera "medida estrella" del programa marco para las elecciones municipales.

Cospedal seguirá siendo número dos

De igual forma, descarta cualquier tipo de cambio en el organigrama del PP. Por varias veces, se declaró contento del trabajo realizado en Génova. "Está funcionando bien" y "estoy satisfecho en términos generales", explicó en RNE. Esto es, en la práctica, Cospedal seguirá siendo número dos, Carlos Floriano el director de campaña y Arenas continuará participando en maitines en calidad de vicesecretario general. Tampoco se vislumbra a corto plazo la figura del coordinador general, aunque se seguirá dando protagonismo a Pablo Casado como portavoz de la campaña.

"No va a haber cambios en el partido", sentenció un Rajoy que se dice despreocupado de lo que está ocurriendo internamente. De hecho, proclamó con satisfacción que "somos los mismos" en la cúpula que en los comicios de 2011, en los que el PP cosechó unos resultados históricos. El presidente ya tomó la decisión de retrasar el congreso nacional -que debía celebrarse ahora-para después de las elecciones generales. Y barones y altos cargos consideran que no será hasta entonces cuando llegará la "regeneración de verdad".

Lo que espera Rajoy es que los ciudadanos, más pronto que tarde, empiecen a reconocerle que la recuperación económica es una realidad. De hecho, dejó claro que tiene intención de presentarse a la reelección y que las elecciones generales se celebrarán antes de que concluya el año. Otro aviso a navegantes, habida cuenta de que se habían empezado a escuchar posibles recambios. Los señalados internamente han sido Alfonso Alonso -el nuevo ministro de moda, declarado sorayo- y Núñez Feijóo -que rompió su calculado silencio para avisar de que "tenemos un problema"-.

"Mariano cree que lo está haciendo bien y que al final los españoles le darán su confianza. El problema es que antes vamos nosotros y a mí las encuestas me dicen que no llego y que, tras las andaluzas, Ciudadanos, que no tenía ni candidatos ni estructura, me quita muchos votos", según el lamento de un barón autonómico, en conversación informal. Hay mucho escepticismo ante su discurso. Pese a ello, estará en Génova13 este martes y hará suyo el lema presidencial: prietas filas.

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