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Revientan el paseo de Pedro Sánchez, que tuvo que ser escoltado por la Policía

Con Susana Díaz en Asturias, trabajadores de la antigua Interlorce le echan en cara a Sánchez en Málaga que la Junta les debe 6,5 millones.

Era uno de los focos del día en la caravana socialista: un paseo por la céntrica calle Larios de Málaga, donde Pedro Sánchez pretendía darse un popular baño de masas con acento andaluz. En su lugar, se encontró con un grupo de trabajadores del sector textil que reventaron el momento con gritos de "¡Quiero mi dinero!" y con pancartas de "La Junta y el PSOE se vuelven a burlar de los trabajadores" o "La Junta nos lleva a la indigencia".

Alrededor de medio centenar de prejubilados de la empresa Hitemasa, la antigua Interlhorce, se quejaban ante Pedro Sánchez porque la Junta de Andalucía les debe entre 4 y 6,5 millones de euros para pagar su prejubilación que les adeudan desde el año 2004. "¡Queremos cobrar!", gritaban al unísono tras explicar que no han recibido de la Junta las últimas tres mensualidades.

Un portavoz de los trabajadores le ha trasladado sus reclamaciones al secretario general del PSOE, quien se ha comprometido a transmitir las quejas a la Junta: "hablaré con ellos", dijo con cara de circunstancia.

Una promesa ante la que no se han mostrado precisamente optimistas los trabajadores que abroncaban previamente al secretario general del grupo socialista en el Congreso, Miguel Ángel Heredia, y secretario provincial de Málaga, y a la candidata a la alcaldía de Málaga, María Gámez.

"Mira María", le decía una prejubilada, "estas cosas que tú estás diciendo en campaña, las llevo yo escuchando desde 2004. Que se nos va la lengua... a mí en campaña, no me vale, que no me vale". Algo a lo que respondió la candidata diciendo "voy a hacer todo lo que esté en mis manos". "Si no estuvieran cobrando ustedes, ya verían como lo arreglabais".

Finalmente la tensión se suavizó y Sánchez continuó su paseo, visitando cada comercio local, e incluso se detuvo en la tradicional heladería Casa Mira, donde paró a tomar una horchata. "Deme un beso, señora", decía a su paso entre la multitud que le iba reconociendo, seguido en todo momento por los protestantes y una enorme multitud de periodistas. Uno de ellos, andaluz, decía entre risas: "Menudo regalito que le ha hecho Susana: se va a Asturias y encima se tiene que comer el marrón".

Seis agentes de la Policía Nacional esperaron a la comitiva a la salida de la heladería para escoltarle durante el paseo, vista la situación, lo que provocó malestar en el equipo de Sánchez por considerar que no era necesario.

Pedro apoya a Susana... y ella en Asturias

El secretario general del PSOE puso punto y final a su ruta andaluza, la comunidad en la que más presencia tiene Pedro Sánchez en la campaña, y de la que se va este jueves rumbo a Murcia, sin haber visto ni cerrado aún ni un solo acto con Susana Diaz. Se van a ver, pero el PSOE andaluz todavía se resiste a dar la fecha y lugar, aunque fuentes de Ferraz dan como fecha más probable el miércoles día 20 en Sevilla.

Desde Málaga, Sánchez se esforzó en disimular el nuevo desplante de la baronesa socialista. Mientras ella se encontraba a 1.000 Km de distancia, en Asturias, arropando al candidato Javier Fernández, el líder del PSOE apoyaba su investidura, en contra de la "coalición de bloqueo institucional", en referencia a Podemos y Ciudadanos. Formaciones a las que ya califica como "los partidos del no". "Frente al bloqueo de los partidos del 'no', yo estoy convencido de que Andalucía tendrá pronto un gobierno socialista y una presidenta en la persona de Susana Díaz. ¡Lo va a tener!", dijo Sánchez echándole un capote a quien sigue obsequiándole con sus más sibilinos rejones.

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