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'Duelo de besos' y advertencias entre Susana y Pedro

Escenifican su ruptura en un ambiente gélido: ni hablaron ni se miraron, después de la visita sorpresa de Sánchez a territorio hostil.

Escenifican su ruptura en un ambiente gélido: ni hablaron ni se miraron, después de la visita sorpresa de Sánchez a territorio hostil.
EFE

"No se hablan", era el comentario más repetido al contemplar la frialdad y el 'duelo de besos', cada uno por su lado, saludando a militantes y simpatizantes. Llegaban a medio camino entre juntos y separados: ella por delante, él por detrás, buscando ambos exhibir su fuerza y demostrar su superioridad en apoyo popular. Pero lo que Susana Díaz y Pedro Sánchez escenificaron este miércoles en Alcalá de Guadaíra fue su ruptura, total y absoluta.

En el escenario, un poco de teatro, con menciones expresas en las que se decía poco, y menciones veladas que decían mucho más. Susana Díaz sacaba músculo ante Pedro Sánchez de cara a lo que podría ocurrir el domingo. "Os dije que ganaríamos las europeas y las ganamos; hace dos meses os dije también que ganaríamos las autonómicas, y las ganamos pero bien... ¡y el domingo ganaremos las elecciones municipales en Andalucía!". Un triplete -europeas, autonómicas y municipales-, que parecía preguntar a Sánchez "¿y tú qué?" hasta el punto de que Sánchez se dio por aludido y respondió nada más subir al auditorio: "Como secretario general de los socialistas en toda España", decía evidenciando que la presidenta en funciones se limitara a llamarle "Pedro", "os digo: lo decía Susana... yo también lo digo: ¡Vamos a ganar en toda España el 24 de mayo!".

La tensión era tan evidente, tan desinhibida, que los periodistas pusieron el contador en marcha para enumerar las menciones mutuas: Díaz, 3; Sánchez, más cortés, 6, pero sin apellidos ni cargos, ni nada que pareciera una mención real. Díaz lo hacía antes y después de pedir "a todos" los candidatos que "¡hay que estar a la altura!" y para recordar que al PSOE de Andalucía no lo va a parar nadie. En ese nuevo tiempo "¡nos van a acompañar Pedro y todos los socialistas en España!", vociferó la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía.

El líder del PSOE fue mejor actor. Citó hasta seis veces a Susana, con dos principales mensajes. El primero al decir que está "convencido de que Andalucía tendrá pronto una presidencia socialista en la persona de Susana Díaz". Y el segundo, al referirse a la polémica de Albert Rivera sobre quiénes pueden regenerar la democracia, con poco acierto en lo que respecta a la lectura interna. "Aquí Susana tiene más suerte que yo. Porque yo, según Albert Rivera, no podría regenerar la vida política en este país", dijo sonriendo mientras Díaz le clavaba la mirada sentada en primera fila.

El cabreo de Susana

Previamente, en la sala VIP, un cortés "¿Qué tal? ¿Cómo va la campaña?", era lo único que salía de boca de Susana Díaz, quien esperó durante quince minutos porque Sánchez llegaba tarde. Como novia en capilla, aguardaba en la sala VIP la llegada del líder del PSOE, quien acudió a un acto improvisado en Dos Hermanas, territorio comanche para Susana Díaz, porque su alcalde, Francisco Toscano "está enemistado eternamente" con la presidenta en funciones.

Un alcalde que hace tres años denunció presiones de Susana Díaz para apoyar a Carmen Chacón en el 38º Congreso frente a Alfredo Pérez Rubalcaba, y quien también impidió ceder el talismán del PSOE, el velódromo de Dos Hermanas a Díaz para el cierre de la campaña andaluza el 20 de marzo. Así las cosas, la visita de Sánchez a esa localidad, mientras Díaz esperaba en Alcalá de Guadaira, es un gesto más que simbólico.

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