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Rajoy sigue: "Estoy muy cómodo y muy tranquilo"

Poca autocrítica, más allá de la comunicación, y el presagio de que las generales irán bien. Barones como Rudi o Bauzá avisan de que "ha pasado algo".

Poca autocrítica, más allá de la comunicación, y el presagio de que las generales irán bien. Barones como Rudi o Bauzá avisan de que "ha pasado algo".

Mariano Rajoy quiere ser el candidato a la Moncloa y cree que su partido le respalda. Un día después del desastre electoral y consciente del hastío de algunos de sus barones territoriales por la falta de un diagnóstico certero sobre lo ocurrido, el presidente dio la cara ante los medios de comunicación. Y, salvo en la tan manida cuestión de la comunicación, apenas hizo autocrítica. "Estoy muy cómodo y muy tranquilo", avisó a navegantes.

A sus líderes territoriales, muchos de los cuales han perdido el poder y ahora barruntan si seguir o no en la vida política, no les pareció suficiente. Tras escuchar su discurso -que luego prácticamente reprodujo en su reencuentro con los periodistas- en el Comité Ejecutivo, Luisa Fernanda Rudi -siempre leal- tomó la palabra para hacer una dura amonestación. "En las europeas nos dieron un aviso y creímos que no tenía consecuencias (…) no hemos explicado bien las cosas y no todo es economía", afirmó en medio de una conmoción generalizada.

Ante Rajoy, la líder aragonesa fue la más explícita. Pero en conversaciones informales e incluso declaraciones públicas la siguieron otros. "Aquí ha pasado algo y en algo se ha equivocado el PP", resumió José Ramón Bauzá, que también pierde las riendas de Baleares. Completamente noqueado y no descartando dejar el liderazgo del PP valenciano, Alberto Fabra admitió que no se esperaba sus resultados, y pidió un revulsivo. Y varios líderes confesaron que se llevaron las manos a la cabeza cuando escucharon a Carlos Floriano, por orden de la superioridad, lanzar el mensaje de que "hemos ganado las elecciones".

"Hemos ganado las elecciones"

El presidente admitió el golpe, pero se refugió –aunque rechazó que lo estuviera haciendo- en que el PP ha sido la fuerza más votada en los comicios locales y autonómicos. Ante los suyos, aportó porcentajes y los números de las elecciones. "No son evidentemente los resultados que nos hubieran gustado tener, pero somos la opción preferida", fue el mensaje que más repitió. "Somos los primeros en voto, concejales y mayorías absolutas y relativas", insistió una vez más.

Así, para Rajoy, la victoria del PP es "incuestionable" pero "también es evidente que no hemos alcanzado las mayorías que los ciudadanos nos confiaron hace cuatro años" sufriendo una "notable pérdida de votos". "No podemos estar satisfechos", recalcó ante los medios, aunque de puertas para adentro proclamó que "podemos tener la conciencia muy tranquila".

Cospedal seguirá siendo número dos

En cuanto a la autocrítica, Rajoy la focalizó en la comunicación. También María Dolores de Cospedal, que se reafirmó al frente de la Secretaría General ante sus homólogos regionales, algunos de los cuales la han criticado últimamente en privado. "Tenemos que ser más cercanos para atender el mensaje que nos han dado", emplazó la número dos, que avanzó que se ponía a trabajar "con todo el equipo de la casa" para que su "cercanía" empiece palparse.

Si bien, en lo mollar, el presidente cree que ha actuado como debía. Por supuesto en materia económica, en tanto en cuanto libró al país del rescate y ahora se crea empleo a buen ritmo y la economía crece. Pero también contra la corrupción, a la que citó como otro de los grandes problemas a los que se ha tenido que enfrentar. Y de ahí que no atisbe cambios ni en la dirección nacional del PP ni tampoco en el gabinete gubernamental.

La maquinaria, de hecho, ya se puso en marcha de cara a las generales, con Rajoy como candidato. "No fue ayer -por el domingo- la mejor jornada electoral pero no hay tiempo para lamentaciones, a trabajar para cambiar y ganar las generales", zanjó Cospedal. "Aspiramos a mucho más, tenemos que ser más próximos y cercanos y comunicar más", añadió el presidente ya en su comparecencia pública.

La política de pactos

Rajoy, que llegó a justificar esa falta de comunicación en el hecho de que tenía que estar centrado en las cuestiones de Estado, también fijó postura con respecto a la política de pactos, que serán "transparentes" y en aras de la estabilidad. Tal y como avanzó este diario, él será el que tome las decisiones. En líneas generales, prometió que el PP respetará siempre a la fuerza más votada. "Se abre un periodo de pactos y de diálogo", reconoció Floriano. Aunque, según el presidente, de momento no se ha puesto en contacto con Albert Rivera, y en Génova rechazan la "imposición" de las primarias.

En todo caso, pese al demoledor veredicto de las urnas y el enfado de los barones, Rajoy llegó a mostrarse optimista. "Vamos a seguir estudiando qué es lo que hay que hacer para que las personas que dieron su confianza al PP vuelvan a hacerlo" y "me voy a implicar muy intensamente a ello", destacó. "Tenemos posibilidades muy serias de tener un buen resultado en las generales", llegó a proclamar a puerta cerrada, no sin advertir de que nada tienen que ver unos comicios a nivel nacional que las autonómicas y locales. Nadie le aplaudió tras su intervención.

En la sala de prensa, se le preguntó de forma expresa si se sigue considerando la mejor opción para repetir en la Moncloa y si siente el apoyo de los suyos. "Creo que sí a las dos preguntas", respondió con media sonrisa, para rechazar nuevas caras porque "no me parece que el problema venga de cambiar o dejar de cambiar". "El PSOE ha bajado en votos estando en la oposición, eso sí que requiere un mérito difícil de explicar", atizó a su principal contrincante en las urnas.

"No tengo mucho más que añadir", remató a propósito de la autocrítica, la nueva palabra de moda. Rajoy contestó a cuatro periodistas y salió de la sala de prensa seguido por su séquito, compuesto por Cospedal, Jorge Moragas y los vicesecretarios generales. Un gesto, en todo caso, que no animó al partido, completamente consternado. La palabra "desastre" se utilizó de forma constante en las conversaciones informales. "Es muy injusto", se lamentaron quienes mañana dejarán de tener mando en plaza. "O cambiamos o el PP habrá muerto en unos meses", fue el lapidario comentario de un alto cargo de la formación.

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