Mariano Rajoy se puso en contacto en las últimas horas con quienes entiende que son sus aliados naturales tras el terremoto electoral del 24 de mayo. Por un lado, con Pedro Sánchez, habida cuenta de que siempre ha defendido que los grandes acuerdos se toman con el principal partido de la oposición. Y, por otro, con Albert Rivera, que tiene la llave para que el PP pueda conservar el escaso poder autonómico y local al que aspira.
Así lo confirmó Soraya Sáenz de Sáenz de Santamaría al término del Consejo de Ministros, dando por abierta la ronda de contactos tras las elecciones municipales y autonómicas. Unas conversaciones de las que, al menos en principio, quedó excluido Pablo Iglesias, el líder de Podemos. Y es que, aunque formalmente el Gobierno no defienda pactos contra esta formación, en privado se reconoce a la claras la "imposibilidad" de que Rajoy pueda llegar a un entendimiento con Iglesias en los asuntos capitales.
"Ha sido una primera toma de contacto y continuarán las conversaciones", avanzó la vicepresidenta, que no quiso aclarar si Rajoy invitará a sus interlocutores a sendas reuniones en la Moncloa, como parece previsible.
En la comparecencia, Sáenz de Santamaría hizo un llamamiento a las formaciones políticas para la "no exclusión" de ningún partido, en relación a la intención del PSOE de acercarse a Podemos. "¿Por qué?, porque todas las opciones de los ciudadanos dentro de la democracia son legítimas y merecen el mismo respeto", recalcó la portavoz del Ejecutivo, no sin añadir que "estamos hablando de españoles que tienen su voto, que es exactamente igual al del otro, que tienen derecho a ser respetados a la hora de hacer los pactos".
Más aún, la vicepresidenta quiso buscar un punto de unión entre los principales partidos del país, que es la creación de empleo. Si bien, ministros y altos cargos del gabinete reconocieron en conversación informal con este diario que existe preocupación entre los inversores ante el ascenso de Podemos. Principalmente en Madrid, donde previsiblemente Manuela Carmena será la alcaldesa. "Por supuesto que existe mucho nerviosismo. La gente está a la espera y en cuanto dé algún giro brusco, las inversiones empezarán a caer", según el pronóstico que se hace en la Moncloa.
De hecho, las fuentes consultadas reconocen llamadas de preocupación de importantes empresarios nacionales y extranjeros. "Quieren saber si sus inversiones están seguras o no" y, a renglón seguido, transmiten sus miedos con respecto a las generales. "A Sánchez también le están haciendo llegar su enfado porque vaya a pactar con Podemos en contra de lo que dijo", aseguran, tal y como informó este diario.
"Pedimos a todos los partidos que en ese objetivo -la creación de empleo- que podemos compartir se trabaje desde las distintas instancias y administraciones para que así se produzca", fue la reclamación que públicamente hizo la vicepresidenta.
Reunión con Rudi
Por su parte, la Moncloa también confirmó el encuentro entre Rajoy y Luisa Fernanda Rudi para analizar los resultados electorales. Según las fuentes consultadas, el presidente ha hablado prácticamente con todos los barones en los últimos días, aunque no se ha visto personalmente con ellos. "Como es lógico es con los que hay que hacer el análisis y la reflexión para poner a punto el PP y preparar los siguientes comicios", argumentó la propia Sáenz de Santamaría.
En este contexto, volvió a reclamar "serenidad" y "prudencia" de cara a los cambios que se llevarán a cabo en fechas próximas en el Gobierno y el PP. De hecho, ella misma dejó abierta la puerta a una crisis de Gobierno. "Uno tiene que ser consciente de los resultados, evaluarlos, reflexionarlos, analizarlos, y adoptar las medidas que se consideren oportunas, algunas de ellas de competencia exclusiva del presidente del Gobierno", según destacó ante los medios.