La inminente crisis de Gobierno que prepara Mariano Rajoy en su más estricta intimidad podría sufrir cambios de última hora. Este martes los medios de comunicación convierten al titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, en protagonista del día. Entre los diarios económicos destaca la portada de el Economista, donde podemos leer que "parte del Gobierno sugiere como vicepresidente económico a Margallo".
Cuenta este periódico que los ministros más cercanos al presidente están postulándose para que sea Margallo el nuevo vicepresidente económico. Dicen las fuentes de las que bebe El Economista que Rajoy quiere hacer una gran área económica en su ejecutivo que esté bajo un responsable que sepa vender bien los logros económicos del Gobierno de cara a las generales. Según este mismo periódico, José Manuel Soria era el ministro mejor colocado para esta tarea, aunque ahora irrumpe con fuerza el titular de Exteriores.
Por este motivo llama hoy más la atención que sea otra filtración al periódico El Mundo la que pueda terminar definitivamente con las aspiraciones de Margallo al título de vicepresidente económico. Cuenta el diario que dirige ahora David Jiménez que "Margallo 'cuela' un decreto al Rey sin pasar por el Consejo" y añade que "Felipe VI firmó el nombramiento del rector del Colegio Español de Bolonia sin que lo aprobara el Gobierno. El ente universitario dice que no es competencia de Exteriores y el letrado del Consejo de Estado lo ve irregular".
En los agitados días que se viven en el Consejo de Ministros, horas antes de los cambios anunciados por el presidente, la filtración bien podría provenir de quien perdería poder y peso en el Ejecutivo de resultar Margallo el agraciado con la vicepresidencia económica, Soraya Sáenz de Santamaría. La vicepresidenta se ha revelado como una de las estrategas más inquietas del Gobierno y cuenta, además, con el control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
A Sáenz de Santamaría se le atribuye la maniobra que descabezó a los directores de los principales diarios españoles (El País, El Mundo y La Vanguardia) en apenas dos meses; la creación de El País.cat y el auxilio a Prisa cuando las deudas amenazaban su continuidad. Quienes mejor la conocen afirman que cuenta con "línea directa" con la dirección de El País, y que sus despachos con Arriola fueron -antes de las autonómicas y municipales- más extensos y frecuentes que los que tenía el famoso sociólogo con el presidente del Gobierno.