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Aznar convulsiona al PP y divide a los barones

Altos cargos ven "insuficientes" los cambios y problemas para movilizar al partido. "La mayoría silenciosa del PP quiere más", como pide Aznar.

Altos cargos ven "insuficientes" los cambios y problemas para movilizar al partido. "La mayoría silenciosa del PP quiere más", como pide Aznar.

El PP se prepara para un verano convulso, de mucho movimiento interno. Barones y altos cargos dudan de que Mariano Rajoy logre relanzar al partido con sus cambios. "Estamos en sus manos, para bien y para mal", fue el resumen de un veterano líder regional, cuando aún se desconocía que el único ajuste en el Ejecutivo iba a ser el relevo de José Ignacio Wert. Existe mucho ruido sobre si el presidente quiso mover a María Dolores de Cospedal y ésta se negó, pero lo cierto es que ya no habrá más remodelación hasta el congreso nacional, que se celebrará tras las generales.

Han sido semanas muy intensas desde el 24 de mayo. Este diario desveló que Cospedal quería seguir siendo secretaria general y que sólo se iría si Rajoy le echaba, como es su potestad. Al final, apostó por recuperar el control de Génova presidiendo maitines, llevando a la sede a Jorge Moragas y manteniendo a Javier Arenas, en el que siempre ha confiado. Los cambios sólo afectaron al segundo escalafón, con Pablo Casado liderando la reconquista de tertulias de radio y televisión y redes sociales.

José María Aznar había guardado silencio hasta ahora. Se implicó como hacía tiempo en la campaña del 24M a tenor de la "encrucijada" que observaba, pero no compartió mitin con Rajoy, al que nunca citó. Según un interlocutor directo, prácticamente clavó el resultado electoral antes de que se produjera: lo veía muy negro porque, argumentaba, sólo hacía falta palpar el ambiente entre los suyos.

Confirmados los cambios, el expresidente y aún gran referente para el PP concedió este domingo una entrevista en el diario ABC para censurar a Rajoy, con el que sigue sin hablarse. "Le digo lo que pienso si me lo pide", y el jefe del Gobierno no descuelga el teléfono. Según su diagnóstico, el partido "tiene que ser reconstruido" y "acometer una rectificación enérgica, creíble y suficiente". Y, a sus ojos, lo que ocurre es que vive desnortado. "Ha perdido en gran medida su ADN, aglutinar a toda la derecha y la unidad interna".

"Si el electorado por tres veces ha dicho ‘no quiero votar a este PP’ y no se produce reconstitución alguna, no hay garantía de que a la cuarta no te digan otra vez que no, en las generales (…) El mensaje de ‘nos vais a votar porque no tenéis más remedio’ es inaceptable. Mucha gente no está dispuesta a que su voto se considere cautivo", argumentó Aznar, no sin lamentar que el vacío que se le hizo por parte de su partido a Ana Botella, la exalcaldesa de Madrid y su cónyuge.

En síntesis, Aznar ve al PP desnortado y cada vez más fragmentado, centrado en sus luchas internas. Y lo hace público a una semana de verse cara a cara con Rajoy, en la clausura del campus FAES. A siete días de que, rodeados de periodistas, se vayan a sentar en los jardines del hotel donde su fundación celebra sus cursos veraniegos, donde también se hará la foto con Cospedal y algún miembro del Gobierno, como Luis de Guindos y Álvaro Nadal.

Pese a ser domingo, sus palabras agitaron a un PP que, a pesar de los cambios, sigue sin recuperarse de la hecatombe electoral. "Cuando habla Aznar, conviene escucharlo con atención y estar muy atento también a lo que no dice", en palabras de un destacado de la formación. Los barones autonómicos y locales se mostraron divididos. "Tiene razón, se están poniendo parches cuando lo que hay que hacer es refundar y recuperar la ilusión", según un líder ahora en la oposición. Esperanza Aguirre, públicamente, abogó por hacer esa refundación, pero la limitó al PP de Madrid.

Existe debate entre los barones consultados por este diario. "Se haga lo que se haga, para los de siempre nunca será suficiente", se quejó un líder regional, que cargó contra "determinados medios de comunicación cuya hoja de ruta es la aniquilación del PP". "El partido tiene que buscar el centro y Aznar está hoy identificado con la derecha más derecha", soltó otro dirigente en la oposición tanto hoy como ayer. En opinión de un alto cargo, se confunden: "La mayoría silenciosa del partido coincide con Aznar. Hay que hacer más".

En las últimas semanas, Rajoy ha escuchado a muchos de sus barones en encuentros fuera de agenda y ha palpado su malestar. Algunos, tras perder la mayoría absoluta, han acordado su retiro en el Senado. Luisa Fernanda Rudi es de la que más claro se ha dirigido a él, para reclamarle una vuelta a las esencias. Juan Vicente Herrera, otro veterano, llegó a decirlo públicamente: "Presidente, mírate al espejo". Y otros, como José Ramón Bauzá, pidió a Rajoy que le dejara celebrar un congreso extraordinario, pero éste se negó.

El presidente quiere evitar giros bruscos y ve capital movilizar al partido desde ya de cara a las generales. Que, en ningún caso, haya sensación de desbandada. En ello será clave el papel de Fernando Martínez Maillo, el nuevo vicesecretario de Organización, que como ya avanzó este diario no es de la cuerda de Herrera. Lo tiene difícil. "Hay muchos exsalariados que no están por la labor de moverse", según alguien que conoce bien cómo trabaja el partido. "La desmovilización es total. Se ha maltratado al militante durante cuatro años. No va a ser fácil", remató.

Este lunes, Rajoy volverá a reunir al Comité de Dirección, con la vista puesta en la conferencia política de los días 10 y 11. "Respeto absoluto a las reflexiones de Aznar, dignas de estudio y análisis", fue la respuesta oficial de Génova, en boca de Arenas, que ha vuelto a las ruedas de prensa. Oficiosamente, el entorno del presidente le atacó: "Todo muy muy leal… querrá vender su campus". Todos en el PP esperan ya a su reencuentro.

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