Mariano Rajoy promete que no habrá "líneas rojas" en el debate sobre cuestiones que hasta hace tan sólo unos meses eran completamente tabú para el Partido Popular. El Comité de Dirección, que preside desde hace dos semanas, está preparando una conferencia política -se celebrará los días 10 y 11 de julio en Madrid- en el que se abordará "la democracia interna" de las fuerzas políticas o el papel que el Senado ha de tener en el futuro.
Hasta la fecha, el presidente se había resistido a dar este paso. Pero, en opinión de no pocos barones y altos cargos del PP, era imposible mantener cerrada esa puerta. "Sin duda alguna, se puede mejorar el funcionamiento interno de los partidos", admite ahora Rajoy. Si bien, los cambios no serán inmediatos ya que llegarían en el congreso nacional, previsto para 2016, puesto que afecta a los estatutos. "Podría haber un compromiso en el programa electoral", según las fuentes consultadas.
El jefe del Ejecutivo quiere abordar la espinosa cuestión, pero de forma calculada. De ahí que, entre otras razonas, rechazara de forma abrupta que los líderes regionales celebraran antes de las generales sus congresos, bajo el fórmula de "un militante, un voto". Así lo reclamaron formalmente José Ramón Bauzá (Baleares) y Esperanza Aguirre (Madrid), recibiendo un no rotundo por parte de la dirección nacional.
Ya en el congreso de Valencia 2008, Íñigo Henríquez de Luna -hombre de confianza de Aguirre- abogó por una nueva redacción de los estatutos para que "el presidente nacional, así como los presidentes de los distintos órganos territoriales, sean elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto por todos los militantes del partido". Y, ya entonces, denunciaba que "la inmensa mayoría de los militantes" consideraba que el sistema de elección era "obsoleto e insuficientemente representativo". La propuesta fue metida en un cajón entonces y, posteriormente, cada vez que Henríquez de Luna tomó la palabra en algún foro del PP. Actualmente, sigue el sistema de avales.
Ahora, presionado por las estructuras regionales y locales, Rajoy parece que se mueve. Y Pablo Casado, el nuevo rostro del PP, defendió en esRadio, con Federico Jiménez Losantos, que es el momento de abordar "reformas institucionales", en las que incluyó "la democracia" de los partidos. Aunque, eso sí, dejando claro que los ajustes nada tendrán que ver con las primarias del PSOE. "En el PSOE de Madrid hubo un candidato, que después la dirección nacional lo echó al cabo de 15 días, y punto", suele argumentar el propio Rajoy.
Justicia y Senado
Además, el PP volverá a recuperar promesas incumplidas en esta legislatura. "Va a estar el debate sobre la reforma de la Justicia", aseguró el vicesecretario de comunicación, que también abogó por analizar "el papel" del Senado. La Fundación FAES y destacados cargos del PP llevan años incidiendo en la idea de que "hay que hacer algo" con la Cámara Alta hasta el punto de que, en privado, algunos apostaron por su desaparición.
"Ya vamos tarde, pero si de verdad se toman medidas en la conferencia política, bienvenidas sean. Llevamos años reclamándolo aunque, en todo caso, Rajoy se libraría de pasar primarias", según el resumen de un líder autonómico. Aguirre, este mismo miércoles, insistió en la necesidad de la reforma, que a su juicio ha de afectar también a la designación de los candidatos a ayuntamientos y comunidades, que actualmente elige Rajoy y después confirma el Comité Electoral.
El resumen lo hacía Manuel Pizarro, con gran predicamento en el PP, en el campus de FAES. "Es necesario repensar la vida de los partidos políticos, su funcionamiento democrático y su financiación", avisó junto a José María Aznar. Para rematar, reclamó "jueces independientes de todo tipo de poderes, inamovibles y responsables con arreglo a las leyes, sin que haya ningún tipo de impunidad" y se quejó de que "una de las reformas pendientes es la de la Administración".