El malestar en Convergencia es notorio y se ha extendido la percepción de que ERC podría haber trabado un pacto con la versión catalana de Podemos para desbancar a Artur Mas de la presidencia de la Generalidad, a pesar de que el "contrato" suscrito entre él y Oriol Junqueras, líder de la formación republicana, establece que el número cuatro, Mas, será el candidato a la presidencia tras las elecciones del 27S. La primera declaración de Romeva incidió en ese aspecto.
El resto de intervenciones han respondido a la retórica habitual de Mas y el separatismo, pero en las filas convergentes creen que no se trata de disciplina de lista sino de un plagio tendente a restar protagonismo al president.
Mas se ha ido de vacaciones a Fornells (Menorca), donde antaño participaba en las cenas organizadas por Félix Millet, el saqueador confeso del Palau de la Música; y Romeva aprovechó este miércoles la circunstancia para protagonizar el acto de presentación de los candidatos de la "sociedad civil" de la candidatura masiana Junts pel Sí. Entre los fragmentos más destacados de su intervención, que el independentismo debe protagonizar "la revuelta de las sonrisas", que "el Estado ha apalizado a los catalanes" y que si no ganan las elecciones, "el Estado será beligerante y el retroceso -del separatismo- será imparable".
Nada fuera de lo corriente en el discurso de Mas, pero que sulfura a los convergentes, quienes también observan con indisimulado recelo los mensajes que Junqueras destina a los podemitas catalanes, a quienes ya les ha ofrecido la entrada en el Gobierno.