Desde hace ya algunas semanas, se multiplican las cábalas sobre la espinosa cuestión. En Génova, se da por descontado un cara a cara en televisión entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez durante la campaña. Pero existen más dudas, incluso temor, a un formato a cuatro, en el que también estén presentes Albert Rivera y Pablo Iglesias. "No hay postura" porque "es pronto todavía", se limitan a contestar oficialmente en el PP.
Los cálculos, en todo caso, se repiten. En la dirección reconocen que Rajoy estaría más cómodo enfrentándose únicamente al líder de la oposición. "Se viene arriba cuando su rival es el PSOE". De hecho, oficiosamente, recalcan que tiene un argumento potente al que agarrarse: "Él es el presidente y Sánchez es el líder de la oposición", y ambos están sentados en la Cámara Baja representando a las dos principales formaciones del país. En cambio, ni Ciudadanos ni Podemos tienen aún escaño en las Cortes. "Debe ser entre los candidatos con posibilidades reales de ser presidente", se ha escuchado en maitines.
Al término de la reunión del Grupo Popular en el Parlamento Europeo, María Dolores de Cospedal evitó fijar una postura clara. "No es el tema principal ahora mismo (…) cuando llegue el momento oportuno, las direcciones de campaña se tendrán que poner de acuerdo", dijo a los periodistas. Según El Mundo, Génova y Ferraz no quieren rifirrafes al más alto nivel con los partidos noveles. Esto es, en un hipotético debate a cuatro, podrían enviar una representación de rango menor.
No todos en el PP creen que haya que cerrarse en banda. Así, un sector del partido -integrantes próximos al presidente incluidos- consideran que Rajoy debería de apostar públicamente por debatir cuantas veces fuera necesario, aunque conlleve riesgos. Por ejemplo, "un debate a cuatro en la televisión pública y otro en privadas" que podría ser a dos, en palabras de un destacado miembro del aparato.
Un integrante de la dirección nacional llegado tras la hecatombe electoral en las autonómicas y locales no tiene dudas: "Yo siempre he sido partidario de debatir con todos. Más aún, cuando te asiste la razón y lo datos", destacó en conversación informal. Esto es, bien preparado, el presidente tiene opciones de salir indemne de trance televisivo reafirmando que "el PP es la única opción seria" que concurre a los comicios del 20 de diciembre.
Varios barones autonómicos y locales se sumaron a la tesis de que no es el momento de poner "muros". "La gente se revolvería", en voz de un presidente regional que se enfrentó a los candidatos de todas las formaciones políticas. Así ocurrió, por ejemplo, en Madrid o en la Región de Murcia. "Si la gente cree que estamos haciendo otro enjuague para seguir en el poder, malo. Tenemos que abrirnos, no hay otra posibilidad", remató otro líder el PP.
En el Senado y el Congreso, la cuestión también se discute en círculos discretos. "Si yo fuera él, debatiría. Pero, evidentemente, no soy él", comentó un histórico parlamento. "Como en todo, Rajoy tendrá la última palabra", remató, no sin deslizar que Jorge Moragas tendrá un peso decisivo.
Precisamente, en declaraciones a los periodistas a su llegada a Nueva York, Rajoy evitó valorar la posibilidad de que Rivera le pida que se marche si quiere un Gobierno del PP. "Hemos cogido un país en una situación al borde de la quiebra, de amenaza clara y seria de un rescate; la sociedad española ha hecho un gran esfuerzo y no podemos tirar todo ese esfuerzo por la ventana (…) de eso es de lo que me voy a ocupar, y los demás son muy libres de decir lo que estimen oportuno y conveniente", esquivó sin hacer más valoraciones.